Ayer asumió la Presidencia de la República Tabaré Vázquez,
en una larga ceremonia que ya es conocida por los uruguayos, porque ha sido
igual al menos luego de las últimas dos elecciones nacionales: discurso en el
Palacio Legislativo, recorrida en vehículo a paso lento por la Avenida del
Libertador y acto de traspaso de mando en la Plaza Independencia.
Se trató de la tercera vez que un representante del Frente
Amplio (FA) asumió la Presidencia (y la segunda vez para el propio Vázquez), y
la que contó con menor cantidad de público y menos calidez. Sí hubo muchos
miles de personas que saludaron a Vázquez y a su presidente Raúl Fernando
Sendic, pero esa multitud estuvo lejos de la marea humana que inundó Montevideo
y el país el 1º de marzo del 2005, cuando el FA –con Vázquez como candidato- ganó
por primera vez, y también de las multitudes que acompañaron la asunción de
José Mujica el 1º de marzo del año 2010.
Tabaré Vázquez y Raúl Sendic, ambos con sus parejas –Vázquez
con su esposa María Auxiliadora Delgado y Sendic con su pareja Silvana Lesca-
fueron recibidos en un enorme estrado frente a la estatua a José Artigas por
José Mujica y por su vice Danilo Astori, también acompañados de sus esposas,
Lucía Topolansky y Claudia Hugo respectivamente.
La ceremonia continuó con transmisión de mando oficial, en
la que Mujica colocó a Vázquez la banda presidencial, y con el nombramiento de
todos los ministros que acompañarán a Vázquez en su gestión.
Después Vázquez fue saludado por una gran cantidad de
dignatarios extranjeros, invitados internacionales y diplomáticos acreditados
en Uruguay. Fueron unas 200 personas que pasaron por el estrado, en un proceso
que llevó más de una hora. Se trató de un fallo notorio en la organización del
acto, ya que el largo desfile fue sufrido al sol por el propio Vázquez y
quienes le acompañaban en el estrado, y por el público. Al final, cuando ya se
había retirado buena parte del público, Vázquez hizo un discurso relámpago de
dos minutos, agradeciendo a quienes trabajaron para llevarlo allí y al público
presente, y anunciando su discurso de la noche de ayer (ver página 4).
Silbidos y aplausos
La presentación del gabinete y el saludo de
dignatarios extranjeros a Tabaré Vázquez permitió conocer “el aplausómetro” del
público. Los más aplaudidos y ovacionados fueron los presidentes de Ecuador
(Rafael Correa) y Cuba (Raúl Castro, el único que subió a saludar acompañado de
un guardaespaldas), y Marina Arismendi entre los ministros. Los más abucheados
y silbados, Amado Boudou (vicepresidente argentino) y Juan Carlos I de España,
y Eleuterio Fernández Huidobro entre los ministros. Este, que ha sido duramente
cuestionado por organizaciones de Derechos Humanos, que le acusan de hacer y
colaborar poco o nada por esclarecer los crímenes registrados en la pasada
dictadura militar, bromeó con el asunto al bajar del estrado: “Había cantidad
de hinchas de Nacional”, dijo. El ministro de Defensa es confeso hincha de
Peñarol.
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