Un solo cambio en
el equipo de Cano. El regreso de “calidad” Hernández a la zaga en lugar de
Diego Rodríguez, era la única variante con respecto a la oncena que cayó en
Tala. Se les reiteraba la confianza a los volantes, que venían de realizar un
gran partido y se confirmaba la titularidad de Caitano, Emiliano Rivero y
“Juani” De Barbieri. Además, la misma figura táctica desde el inicio; cuatro
atrás, tres en el medio, Nicolás Gamarra de enlace y dos puntas.
A tal punto que a los 26' hubo un claro
penal de Guillermo Caitano que el árbitro rochense desestimó. Siguió yendo
Lavalleja, pero las llegadas peligrosas fueron cada vez más esporádicas.
Entonces Cano movió el banco. Primero Mario Amorín por Caitano, quedando con
tres en el fondo. Luego Alexis Duque para darle más prolijidad al traslado en
el medio. Y Lavalleja empezó a golpear la puerta del gol, aunque los nervios,
la imprecisión y la impericia fueron postergando la apertura del marcador.
Pero
cuando la desesperación ganaba en la tribuna, cuando las piernas y los pulmones
de la visita llegaban a su límite, apareció el yerro defensivo y Manuel Abreu
marcó el único gol del partido.
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