jueves, 28 de febrero de 2013

Incendiaron secadores de ticholos en Cerámica Lavalleja


BOMBEROS CONFIRMÓ LA "MANO DEL HOMBRE" COMO FACTOR DESENCADENANTE

En la madrugada de ayer, en un espacio de unos 3.000 mil metros cuadrados que conformaba la estructura del secado de ticholos de la Cerámica Lavalleja, se produjo un incendio que provocó la pérdida total de la zona afectada. El siniestro no tiene aún una causa determinada y puso en peligro el propio edificio de la fábrica, la que como ha venido informando Primera Página, se encuentra inactiva debido a la situación de conflicto laboral entre la Cooperativa Funcionarios Cerámicas Lavalleja (COFUCELA) con algunos de sus funcionarios y la propietaria del inmueble que reclama la devolución del mismo por haberes de arriendo impagos.

Primera Página entrevistó a Manuel Brun, jefe del Destacamento de Bomberos de Minas, quien informó que sobre las 2:24 horas de ayer fueron alertados que en la Cerámica Lavalleja había fuego. Despachados los medios y una vez las bombas en el lugar "se confirmó la presencia de más apoyo", porque al no haber hidrante en la zona "estábamos carentes de agua". 

SITUACIÓN Y COLABORACIÓN

Brun comentó que después de 5 horas se pudo controlar y extinguir el fuego en dos naves de aproximadamente 3.000 metros cuadrados, con estructura de palos con cubierta liviana de cartón. Se evitó que las llamas llegaran al edificio central de la fábrica, “que corrió mucho riesgo porque el fuego estuvo muy cerca y porque la radiación era mucha".

En el lugar había gente que "había empezado a hacer algo y colaboraron a la par nuestra, trabajando incluso con motosierras y atacando incluso los diferentes puntos de ataques al fuego".

DESCARTE DE FACTORES

En el lugar "no se encontró ningún recipiente o indicio que esté relacionado con el inicio del fuego". La hora a la que se produjo el incendio "perjudicó poder encontrarnos con cualquier tipo de evidencia", por lo que se realizaría por el día un nuevo relevamiento del lugar para recoger información.

Agregó que factores como la energía eléctrica, la caída de un rayo o el recalentamiento solar, conjuntamente a la presencia de combustibles o factores físicos en cuanto a lo que es rodamiento, rozamiento por maquinaria "están totalmente descartados".

LA MANO DEL HOMBRE

Brun afirmó que "nos queda solo con el factor antropológico". “La mano del hombre está detrás", dijo Brun, aunque no se sabe "a titulo de que". El incendio puede haber sido "intencional o accidental".

"Hay que zarandear toda la información que se recabe para poder tener una hipótesis de lo que en el lugar ocurrió para que se formara este siniestro", finalizó.

HECHOS DENUNCIADOS

Aún conmocionada por los hechos, Susana Aviaga, dueña del predio y del edificio donde funciona la empresa, recordó las denuncias públicas realizadas anteriormente, y la quema de documentos ocurrida en el lugar hace unas semanas. Ella y su familia viven en el propio predio, dentro de un ómnibus, y han funcionado como serenos, "atentos ante cualquier desgracia ya que el lugar está totalmente abandonado".

Aviaga relató que tras retirarse a descansar al ómnibus que oficia de vivienda "sentimos un fuerte olor a humo, lo que nos hizo salir y nos dimos cuenta que se estaba prendiendo fuego la parte de los secadores de la fábrica. Nos asustamos mucho, no solo por el hecho en sí del incendio, sino también porque se confirmaban mis sospechas de que algo podía pasar, como lo expuse en la prensa y en la Policía, donde con mi abogado dejamos una denuncia por la posibilidad de sucesos como éste".

Susana Aviaga dijo tener "mucha bronca, indignación e impotencia", ya que hace unos días "la jueza de turno autorizó a Leticia Pelúa, para mí una extraña que no aparece en ninguna documentación, a quedarse en el lugar". Reclamó además “que se haga justicia entregándome lo que me pertenece para poder conformar una nueva fuente laboral".

Dijo que la justicia "me ata de manos y no me permite hacerme de algo que es mío", no solo "por derecho", sino "porque existe un comprobado incumplimiento de compromisos adquiridos por la cooperativa y que data de aproximadamente 7 años".

Ella firmó un convenio con la IDL por $ 40.000 "para pagar contribuciones inmobiliarias atrasadas", pero al no poder utilizar el lugar como empresa activa "no puedo hacer dinero para cumplir con mis obligaciones".

"No damos más, estamos agotados, se malgasta la salud física y mental de mi familia entera para cuidar de un tema que se esta yendo de las manos, no solo a nosotros, sino también a la justicia", concluyó Aviaga.

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