viernes, 3 de mayo de 2013

Julían Mazzoni recordó en la Junta a mártires comunistas


“1972 OCHO COMUNISTAS ASESINADOS, 2013 MILES LEVANTAMOS SU BANDERA”
En la sesión de la Junta Departamental del 17 de abril, en Asuntos Previos el edil Julián Mazzoni, del Partido Comunista (Lista 1001, Frente Amplio) recordó a los ocho comunistas ejecutados el 17 de abril de 1972. En la reseña de la sesión hecha por Primera Página se informaba que dichas palabras iban a ser publicadas en ediciones posteriores. Eso no ocurrió por esos “misterios” de las computadoras: el texto se extravió, fue recuperado y ahora sí es publicado.
Mazzoni expresó en sala: “En el día de hoy se cumplen 41 años del fusilamiento de ocho obreros comunistas en la seccional 20. Abril de 1972 fue terrible para nuestro país. El 14 de abril los tupamaros -que en ese momento no integraban el Frente Amplio- ejecutaron a varios miembros del Escuadrón de la Muerte. La respuesta de las Fuerzas Armadas no se hizo esperar, produciéndose en esos días sangrientos episodios. El pueblo uruguayo observaba como se enfrentaban los guerrilleros y las Fuerzas Conjuntas, pero no estaba inactivo. La CNT buscaba salidas a la violencia represiva, se expresaba en amplias movilizaciones y grandes paros nacionales en busca de soluciones. El Frente Amplio afirmaba su vocación de fuerza constructora, una consigna sería el centro de su planteo para enfrentar la escalada golpista: “Paz para los cambios y cambios para la paz”, decía el general Seregni. Eso implicaba obtener amplias alianzas políticas y sociales para detener el proceso represivo. Una táctica y una estrategia que implicaba propuesta y movilización junto a los trabajadores, los estudiantes y todo el pueblo organizado. Por su parte, los sectores golpistas -tanto militares como civiles- necesitaban extender el enfrentamiento violento a sectores del Frente Amplio. Grupos parapoliciales realizaban atentados contra Comités de Base y locales de organizaciones integrantes de la coalición, esperando una reacción que justificara extender la guerra más allá del enfrentamiento con los grupos armados y desatar una sangrienta represión contra todo el movimiento popular.
Particularmente, insistían en agredir la Partido Comunista. El 15 de abril, un grupo parapolicial asaltó el local central de la calle Sierra, ingresando a balazos, golpeando a cientos de militantes de la UJC y el Partido que se encontraban en tareas militantes plenamente legales. La presencia de los diputados Jaime Pérez y Rodney Arismendi, acompañados por el presidente de la Cámara (de Representantes, el nacionalista) Héctor Gutiérrez Ruiz, impidió que la acción tuviera peor desenlace.
Pero la provocación a los comunistas estaba decidida. En la madrugada del 17 de abril, los camaradas mencionados, humildes obreros de la zona, realizaban tareas de vigilancia en el local partidario cuando llegaron cientos de integrantes del ejército. En el momento en que los camaradas salían en fila y desarmados se oyó una detonación y el grito de ‘¡hirieron a uno de los nuestros!’. Los citados compañeros fueron fríamente ejecutados, algunos fallecieron en el acto, otros se fueron desangrando, mientras el personal de la salud se desesperaba por atenderlos y los militares lo impedían. El primer herido fue un oficial del ejército, pero está probado que la bala no salió del local de la seccional 20, sino de un arma de guerra; un autoatentado que pretendió justificar la barbarie.
El fascismo esperaba una reacción violenta pero el pueblo respondió con valentía y dolor; se decretó un paro general y cientos de miles rodearon al PCU, provenientes de todos los sectores políticos y sociales. La síntesis de esa amplitud la dio la presencia del arzobispo de Montevideo, monseñor Partelli, en el velorio de los queridos compañeros. Los mismos sectores que después realizaron la inmensa manifestación del 9 de julio para repudiar el golpe de 1973, la clase obrera que protagonizó la huelga general y los sectores políticos que enfrentaron la dictadura.
Ese acontecimiento, cuyos perpetradores permanecen impunes, desmiente tajantemente la llamada ‘teoría de los dos demonios’, que pretende presentar la dictadura como la consecuencia del enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y los tupamaros. La dictadura es la expresión de una concepción geopolítica pergeñada en los sectores más agresivos del imperialismo norteamericano, seguida por sus aliados locales -civiles y militares- que pretendían impedir el avance del pueblo. Se sustenta en los más agresivos sectores del capitalismo; es fascismo porque -como decía Dimítrov- es una dictadura terrorista del capital financiero y de sus aliados locales. El golpe fue contra el pueblo todo, formado por hombres y mujeres de todos los partidos que supo resistir y decirle No a la dictadura. Parte inseparable de ese pueblo son nuestros mártires. Hoy se realiza en Montevideo una concentración con la consigna ‘1972 ocho comunistas asesinados, 2013 miles levantamos su bandera’. Soy el único comunista en esta Junta; aunque no puedo estar presente en la manifestación, levanto aquí simbólicamente esa bandera. Sé que ustedes, aunque no compartan nuestras ideas, las respetan, por lo que pido que me acompañan en el recuerdo de Luis Alberto Mandiola; Ricardo González; José Abreu, Elman Fernández, Raúl Gancio, Ruben López, Wáshington Sena y Héctor Cervelli”.



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