A 8 MESES DE SU
FUGA
Morabito forzó la
ventana de un apartamento del edificio lindero, sorprendió a su moradora y le
pidió que le abra la puerta para poder salir junto a sus cómplices.
Ya en la calle, el
italiano se tomó un taxi, fue hasta la pizzería de un amigo en Punta Carretas y
le pidió que lo llevara hasta la ciudad de Minas.
En la órbita
penal, el propietario del local gastronómico, un ciudadano ruso, es hasta ahora
el único imputado en relación al caso. El extranjero estuvo 60 días en prisión,
otros 60 cumpliendo arresto domiciliario y al momento, espera en libertad el
juicio abreviado. También una pareja fue condenada, pero por haber alojado y
asistido a los otros dos reclusos que fugaron con el italiano.
A nivel interno,
la Policía abrió varios sumarios administrativos para investigar el accionar de
los funcionarios que estaban encargados de la custodia del líder mafioso el día
de su fuga. Los efectivos fueron derivados a otras cárceles pero siguieron
trabajando, según consigna el diario El País. Algunos cobraron la mitad del
salario por 6 meses, pero nada más que eso.
Quien dejó su
cargo un día después de la fuga fue el ese entonces director del Instituto
Nacional de Rehabilitación, Alberto Gadea.
Morabito pasó 13
años en Uruguay sin ser detectado por las autoridades. En 2017 fue detenido, y
un año y medio después huyó y nada se sabe sobre su paradero.
(Fuente:
Subrayado)
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