MUESTRA DEL TALLER
DE FOTOGRAFÍA DE FERNANDO MORÁN
Por Gorge Gómez.
Con el título
“Hechamuchafoto muchafotoporhacer”, se inauguró una estupenda exposición de
fotografía en la sala de exposiciones de la Casa de la Juventud de los alumnos
del taller de fotografía que dicta en esa institución el fotógrafo Fernando
Morán.
TEMA LIBRE
Primera Página conversó con algunos de los responsables de la muestra, en primera
instancia con el fotógrafo y profesor del taller, Fernando Morán, quien dijo
que fueron cinco meses de trabajo, con un grupo muy interesante por lo
heterogéneo, en edades y en búsquedas. Respecto a las temáticas, “la propuesta
era totalmente libre, consistió en realizar una serie de imágenes con una
unidad, cada uno eligió su tema, hizo los contactos para realizar la fotografía
en los caso de trabajos manuales, amigos, oficios. Respecto al color, es
también elección personal de cada uno de los participantes. He quedado muy
satisfecho por lo logrado”.
UNO POR UNO
Martha Rodríguez, realiza una
serie de fotos conmovedoras, sobre un zapatero y una señora que lo acompaña,
muy logradas, con una utilización de la luz y la sombra, y la expresividad de
los rostros.
Martina Barcelona, la más joven
del grupo -15 años- sorprende por la frescura y la calidad de la propuesta,
fotos de una joven en diferentes momentos, muy realista, y muy buen ángulo para
captar cada foto.
María Noel Romero, muestra ramas
y construye unos entramados estéticos muy atractivos.
Natalia Arreche del Sur, la más
abstracta del grupo, juega con la luz, los colores y la cercanía de la cámara
sobre el objeto.
Raquel Furtado, obtiene bellos
cielos de amaneceres o puestas de sol.
Tania Zipitría, enmarca en un
solo cuadro varias fotos de desnudos.
Emanuel
Martínez, espléndidas fotos de contrastes, luz y sombra en diferentes
objetos y lugares.
Ana Larrosa, al parecer pretendió
hacer un trabajo más que nada documental sobre el calagualero y yuyero Hugo
Pimienta.
Andrés de León, una serie de
fotos verticales en blanco y negro con algunos hallazgos plásticos muy
atractivos, la intensidad de las líneas, los planos y la profundidad. Reconoce de
León que el blanco y negro “no lo hacía, ni la foto vertical, todo lo empecé a
trabajar en el curso, que me ha abierto muchos frentes de conocimiento y decidí
explorar algo nuevo, algo que yo no hacía”.
Leticia Martínez, fotografía con
mucho amor y entrega, homenajea a su abuela de 92 años, y eso lo trasmite a
través de distintos momentos, donde la cercanía de la cámara muestra las manos,
la piel de esa abuela, con el paso inexorable del tiempo, o cuando derrocha
ternura al mostrar la sonrisa, a través del alejamiento de la cámara. Dijo que
“después de 400 fotos que le saqué, elegí estas, y es un homenaje a la vida,
ella es muy especial para mí”.
Lucía González, hace una
explosiva conjunción de luz y color a través de mujeres feriantes en Perú, hay
un gran equilibrio plástico en cada foto.
María Elvira Seré, hace varios
retratos de niñas de Copacabana Lago Titicaca Bolivia, sensibilidad, color, ternura,
luz y una capacidad innata para captar ese instante con expresiones riquísimas.
Nicolás Mazzoni presenta una
serie de fotos de fondo blanco, que trasmiten una secuencia del trabajo de un
hombre en primer plano en el apiario, muy cercano al cine, “lo pensé desde el
punto de vista cinematográfico, porque es como una secuencia” y sobre ese
blanco que se ve en la foto, explicó que “en una de las clases dimos con
Fernando sobre ‘El primer contacto’ -que así se denomina-, lo conocía pero no
lo había experimentado, que es el negativo positivado, y me gustó hacerlo de
esa forma”. Lo que significa una estética diferente, jugada.
EL TALLER
Coincidieron
algunos de los alumnos al ser consultados por Primera Página sobre la
importancia del taller desde distintos planos, González recordó que ya venía
desde el año pasado estudiando con Fernando Morán, “con una perspectiva -que va
más allá del hobby-, de avanzar en el ver cada fotos, en agilizar el ojo. Al
comenzar con el entrenamiento del taller, te exige estar mirando siempre”. Para
Mazzoni el taller ha sido “una buena experiencia porque Fernando se brinda
mucho, deja todo en las clases, es muy profesional y muy cercano a nosotros, y
aprendimos mucho con la experimentación, conociendo las obras de fotógrafos
afamados, distintas formas de hacer fotografía, hacíamos los ejercicios, y
llegamos a la exposición, donde cada uno hizo ‘sus fotos’ como le gusta decir a
Fernando”. Para Arreche asistir al taller fue “además de sentirme muy bien en
el curso, me permitió encontrar una forma de expresarme a través de un lenguaje
de imágenes único, con total libertad y aprendiendo siempre”.
LA BÚSQUEDA DE “LA”
FOTO
González contó como
se va disparando “la constante búsqueda de hacer ‘la’ foto, que la siguiente sea
mejor”. Martínez destacó que “al empezar a estudiar uno cambia la perspectiva
de la mirada, está observando casi inconcientemente, y se ven diferente las
cosas, ves algo y me sale ‘que buena foto podía ser eso’. Me gustaría tener
siempre la cámara conmigo”. De León apunta a otros rasgos dado que tenía
experiencia previa en la fotografía por su trabajo en informática, “pero era
algo más técnico, acá fue un trabajo de sensibilización muy importante. Y eso
te cambia la cabeza, la mirada”. Coincide Arreche que “el taller te
sensibiliza, aprendés a mirar cómo ve la cámara que, es otra mirada, porque uno
va por la vida y no va viendo muchas cosas, a partir de esa sensibilización hay
otro gesto, otra actitud, y eso está buenísimo”, concluyó.
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