Y, sí. Contradiciendo el tango que
decía que 20 años no es nada, para un grupo de teatro es un largo
camino recorrido, es mantener una llama de la cultura encendida, y
más en una comunidad de pocos habitantes, es complejo, es difícil,
porque está siempre en movimiento, porque el teatro es hecho por
muchos, es de presencias y no de ausencias, y la vida de los
integrantes es ese ir y venir, es el ingreso de nuevos, es el
sostener de los que como pilares empezaron alimentando una utopía
-como es el arte-, que nunca termina pero a su vez es tan pasajera
como profunda.
EL MISMO AMOR Y LA MISMA PASIÓN
Primera Página conversó
con Ana Lilián González, actriz y dramaturga, integrante del Grupo
de Teatro La Villa, quien recordó que “en el año 1995, durante el
gobierno de Héctor Leis -según me ha contado Carlitos Ximénez- se
formó una Comisión de Cultura en Solís de Mataojo y comenzaron a
funcionar los primeros talleres de danza, pintura, coro, entre otros.
Uno de los integrantes de Comisión de Cultura -Daniel Hernández- se
puso en contacto con Ximénez y le propuso llevar adelante un taller
de teatro. Carlitos dijo que sí, y lo más insólito es que dijo que
sí y gratis, dijo que ‘Si es para La Villa, no voy a cobrar nada’
y hasta hoy está. Comenzó a funcionar el taller en 1996, y ese
mismo año se presentó el primer acto de “En familia” de
Florencio Sánchez. Yo me uní al grupo 1998, pero estoy segura que
el grupo surge por la inquietud de personas que sentían el mismo
amor y la misma pasión que sentimos los integrantes que actualmente
estamos en el grupo La Villa”.
¿Quiénes lo integraban?
No quiero olvidar a nadie, pero
fijándome en los programas que conservamos de ese año los
integrantes eran Milka Hernández, Elsa Acosta, Aldibar Pereira,
Natalia Dorrego, Marcelo Alonzo, Daniel Hernández, Gustavo Olivero,
Lilián Caraballo, que continúa en el grupo, y los niños Ledy
Martín, que también actualmente está en el grupo Tatiana Alonzo,
Ezequiel González, Natali Silvera y Stefani Delgado.
¿Qué autores fueron los primeros
que hicieron?
El repertorio es muy variado, hemos
trabajado muchos autores a lo largo de los 20 años. Se comenzó con
Florencio Sánchez y Federico García Lorca, aunque ese año
solamente se estrenó la obra de Sánchez, “En Familia”.
Florencio ha sido un autor muy
representado, lo hicimos también en el 97 y en el 98. Después
vinieron Jacinto Benavente, Olga Del Corral, Tennessee Williams, Juan
Graña, Carlos Manuel Varela, Henrik Ibsen, Ernesto Herrera, Antón
Chejov, Carlos Gorostiza, August Strimberg, Santiago Serrano, Michel
De Ghelderode, Eugene Ionesco, Miguel de Cervantes, Raúl Enríquez,
Carlos Extseba, Berthold Bretch, Pilar Murillo, Lope De Vega, y Ana
Lilián González (ríe). Me da un poco de vergüenza poner mi nombre
junto a los autores que trabajamos.
¿Cómo está integrado hoy?
Actualmente el grupo está integrado
por Lilián Caraballo, Liliana De León,
Jacqueline Anchordoqui, Ana Estévez,
Luciano Rodríguez, Guadalupe Espinosa, Iván Rodríguez, Esteban
Baz, Chichita Cabrera, Ledy Martín, Marita Poncet y Cristina Pérez
(escenografía), Horacio Rodríguez (sonido y luces) y yo.
¿Qué significado tiene para
ustedes el teatro donde todo es amateur, por amor al arte?
Es muy difícil mantener un grupo de
teatro, y más difícil en un pueblo del interior donde el apoyo es
mínimo, si bien nosotros comenzamos como taller de la Casa de la
Cultura, actualmente y desde hace unos cuantos años funcionamos como
grupo independiente. Nunca cobramos entrada, este año fue la primera
vez que hicimos unos números de rifa para poder cubrir algunos
gastos de la celebración de los 20 años. Creo que continuamos
gracias a la gente que nos apoya cada vez que hacemos una función
llenando la sala, gracias a algunas instituciones que siempre han
brindado sus instalaciones gratuitamente para poder representar las
obras, como el Club Social Solís y el Liceo Cuna de Fabini. Gracias
a los vecinos que siempre que necesitamos algo están dispuestos a
prestarlo, ya sea muebles, vestuario, hasta una planta. Gracias a los
integrantes del grupo que hacemos esto porque nos gusta, por el
placer de recibir un aplauso al final de la función, porque esa es
la única recompensa que nos llevamos en estos 20 años. Porque hacer
lo que a uno le gusta es lo más importante y hacerlo con amor es
determinante para que la gente te devuelva un poquito de lo que le
brindas. Y más que nada gracias a Carlitos Ximénez, nuestro
director, que nos ha contagiado el amor por el teatro, y que nos ha
mantenido unidos después de tanto tiempo. El teatro forma parte de
nuestras vidas, no puedo hablar por todos, pero para mí el teatro es
una de las mejores cosas de mi vida, el teatro es magia, es amor, es
trabajo. Así que supongo que para todos significa mucho hacer teatro
durante 20 años y llevarlo a todas partes desde un pueblo muy chico
pero muy rico culturalmente.
¿Cuál es la respuesta frente a las
puestas en escenas para la comunidad de Solís?
Al público lo acostumbramos a ver
teatro. Al principio iba todo el mundo porque era una novedad, pero
fue quedando la gente que realmente disfruta del teatro. No podemos
quejarnos, siempre actuamos a sala llena, incluso cuando salimos a
otras localidades, y lo más importante es que el público después
de cada función te aplaude, se acerca y te da palabras de aliento
para seguir trabajando, te piden que sigas adelante, y creo que eso
es lo principal. Intentamos hacer un trabajo serio, digno,
responsable, y de elegir proyectos que al público le llegue.
En tu caso, eres autora de muchos
textos que se han representado. ¿Cómo lo viviste?
Es raro, porque a mí no me gusta mucho
hablar sobre eso, y me da un poco de vergüenza poner mi nombre ahí
en el programa donde va el nombre del autor. Y no es falsa modestia.
Lo divertido es que casi siempre participo de las obras que escribo
y por lo general es como que no tengo presente quién la escribió,
ni siquiera pienso antes de estrenar una obra si al público le
gustará lo que escribí, antes de entrar a escena me preocupan más
otras cosas que el de ser la autora de la obra. Lo vivo diferente.
Pero es muy lindo cuando se dan cuenta que la actriz es la misma que
la autora y te felicitan también por ese trabajo. Es bueno poder
decir cosas, y mejor aún es que alguien las escuche y mejor todavía
es que las escuche y se vaya para su casa pensando. Es difícil
escribir, por eso utilizo mucho el humor para decir lo que puede
resultar difícil de escuchar. Yo le debo a este grupo que se conozca
lo que hago y a Ximénez que está muy loco y confía plenamente
cuando le digo que tengo otra obra para representar.
¿Cuáles son los planes a futuro
del Grupo La Villa?
Luego de los festejos que hemos tenido,
vamos a seguir festejando, con más funciones en el Club Social
Solís, festejamos con una obra mía, “Las Divorciadas”, e
hicimos con la Comedia Departamental, que nos visitó con la obra “La
Risa de Chejov”, otra obra mía “Viejas eran las de antes” las
hicimos de forma conjunta. Y más adelante, no sabemos aún, este año
contamos con Pierino Zorzini, actor y director de teatro “El
Galpón” que comenzó a trabajar con nosotros justo para estrenar
estas dos obras para nuestro aniversario. Creo que es un gran
aprendizaje para el grupo trabajar con otro director, y queremos con
todas las ganas, seguir sumando y seguir creciendo.
Festejar los 20 años, ¿es un sueño
cumplido?
El año pasado teníamos el sueño de
festejar nuestros 20 años, y se hizo realidad con un acto en la Casa
de la Cultura, que fue solo el comienzo.
Recibimos a los compañeros que ya no
están formando parte del grupo pero que en algún momento pasaron
por él y les hicimos entrega de un pequeño recuerdo, inauguramos
una exposición donde contamos un poco la historia del grupo a través
de imágenes, de vestuarios y de programas de teatro. Y por último
brindamos por 20 años de teatro. Como dice Ximénez, Gracias,
gracias, gracias.
por Gorge Gómez
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