SORIA: “LA INAUGURACIÓN DEL SINDICATO EN LA PLANTA DE SALUS
ERA UNA VIEJA ASPIRACIÓN”
En el Sindicato de la Bebida de Minas se realizó una
conferencia de prensa con el presidente de la Federación de Obreros y Empleados
de la Bebida (FOEB), Richard Read, y el presidente del sindicato Salus y
secretario del interior del mismo sindicato, Pablo Soria.
Para Soria la inauguración del sindicato en la planta de
Salus “era una vieja aspiración que teníamos como sindicato. En Montevideo,
Pilsen y en Coca Cola, y otros sindicatos de la bebida, cuentan con su propio
espacio físico dentro de la planta, ahora también nosotros lo tenemos. Read
resaltó que es un hecho “muy importante que no puede pasar desapercibido, porque
es donde se forman los compañeros en la lucha sindical”.
REUNIÓN
Read se reunió con integrantes de sindicatos locales, “para
poner dos o tres cosas sobre la acción sindical a desarrollar”. Destacó los
alcances del convenio colectivo firmado a fines del año pasado después del
conflicto, “donde acordamos que la primera partida fija de 8 mil pesos fuera
destinada íntegramente en dos partes iguales, una al INAU, para los hogares que
alojan menores de 5 años, y la otra mitad para el Plan Juntos de viviendas en
todo el país, y que es impulsado por el presidente de la República y el
PIT-CNT”. Agregó que se está terminando de recaudar los aportes de todas las
empresas que han depositado en la cuenta de la federación. “Aún no tenemos el
monto total, son muchos millones de pesos, y estamos viendo mediante
fideicomiso la instrumentación para la entrega. Para nosotros como institución
lo importante es que ese dinero llegue a destino”.
Otro de los temas fue la plataforma respecto a la
conmemoración del 1º de mayo, Día de los Trabajadores, “porque es muy especial,
es el 30° aniversario del primer 1º de mayo que se pudo conmemorar en
dictadura, en 1983” .
PATRONALES
Según Read la FOEB tiene ahora con las patronales del sector
una relación “muy madura, de muchos años”. “Si bien han variado muchísimo los
interlocutores, porque las multinacionales cambian y rotan su plantel de
gerencias, son más de 30 años de negociación con las empresas, los conflictos
son picos de negociación que se lleva a extremos producto de la confrontación
de intereses que se generan”.
Recordó los convenios que se han podido concretar “en
seguridad, en productividad, en asueto para las mujeres 11 días al año, en
evaluación de tareas, en reducción de jornada laboral, becas, convenios de
avanzada que son producto de esa relación y madurez, está dentro de lo normal,
creo que se avanzó muchísimo, diría que es un gremio que tiene mucha militancia
en todas las fábricas, y tiene un patrón común de negociación, que es tratar de
buscar el bienestar de la gente en su trabajo”.
Para Read si bien el salario es un tema “importante”,
también hay otras “patas importantes hoy”. Explicó que trabajan por “el
jubilado cuando se retira y los jóvenes cuando recién ingresan”. En la asamblea
realizada en Minas “se puso énfasis en el trabajo sobre los jubilados, hay que
hacer un censo para identificar a los jubilados de la bebida, saber en qué
situación sanitaria están y también becas para los niños de los trabajadores
del gremio”.
ENTUSIASMO Y ADMIRACIÓN
El crecimiento del sindicalismo en estos últimos 8 años, con
un gobierno de izquierda es para Read una “mezcla de entusiasmo, admiración por
ver cómo se triplicó o cuadruplicó la afiliación en algunos lugares. ¡Cómo la
gente salió a organizarse y sindicalizarse! Es muy bueno ver cómo tomaron
conciencia de que estando unidos como trabajadores logran mucho más garantías y
seguridades”.
Según Read, el aumento de afiliaciones y de fuentes de
trabajo también trae consecuencias, “como los problemas de necesidad de
formación, capacitación, y surge una nueva realidad. Es una sociedad donde
irrumpió un nuevo trabajador en el mercado, porque hace 8 años teníamos el 17%
de desocupación y hoy tenemos un 5%, ingresaron unos 300 mil trabajadores al
mercado, donde hay mucha gente joven, con sus costumbres, con sus hábitos, sus
reglas de juego, su lenguaje, su tecnología, y quedamos los mayores
desacomodados en esa realidad”.
Hoy en el mundo del trabajo se perciben transformaciones, “y
nos preocupa -dice Read-; hay una realidad que se ve en todo el país, la
pérdida de hábitos de trabajo, hay mucho ausentismo, hay que pelear contra eso.
Tiene que volver a sentirse el orgullo de ser trabajador y de defender a
ultranza lo que uno hace. No digo que se ha perdido, pero no está en los primeros
puntos como estaba en la época nuestra, y hay explicaciones de por qué: antes
ingresábamos a una fábrica y teníamos que hacer lo que nos ordenaban, hoy es
todo más ‘light’. Estos últimos años han sido de crecimiento sindical, de
afiliación, de conquista, de pelea, de lucha y también ir amalgamando las
inexperiencias, los trabajos en conjunto, y como gremio estamos en eso, que el
nuevo ingreso generacional no sea contradictorio, no sea excluyente, que sea
acorde con lo que estamos viviendo, que son las nuevas tecnologías, las redes
sociales”.
¿Cómo se hace para
cambiar?
Primero hay que buscar la explicación de por qué hay hábitos
laborales que se perdieron, y la respuesta es porque se perdieron valores en la
sociedad, porque se han perdido referencias históricas morales, éticas, que la
sociedad tuvo. La solución no la tengo, sí puedo identificar algunas
cuestiones. Yo soy de la generación que se crió no viendo a mi viejo en mi
casa, se iba a las 4 de la mañana y volvía en la noche, y los domingos a veces
descansaba, otras laburaba. Hoy hay una generación que se crió con el padre
durmiendo hasta las 11 porque estaba desocupado, hoy las familias están
desestructuradas, se perdió el entretejido social -se rompió en la época de los
90-. Hoy tenemos una sociedad producto y resultado del neoliberalismo y del
capitalismo salvaje que destrozó el país. Hace 12 años la alternativa era el
pasaporte, hoy la alternativa es formarse en un oficio porque laburo -por
suerte- hay. Después viene la lucha por salarios, creo que hay que impulsar la
reestructura de los hábitos, de los códigos de la convivencia, que son los que
van de la mano con la educación y del gobierno, que dé ejemplo de buenos
hábitos. No es una buena señal que porque hay alerta roja nadie trabaje, una
alerta roja es un viento de 60 kilómetros por hora, en la última hubo
oficinas que no trabajaron, no es una buena señal. Hay que cambiar los hábitos,
y eso hay que quererlo, el mejor sindicato no es el que más para, sino el que
tiene el mejor trabajador.
Respecto al
sindicalismo acá en Minas, ¿cuál es su visión?
Soria: El sindicato de la bebida está trabajando bien, es
respetado por las patronales, si salimos de ahí, vemos que aquí en Minas
todavía hay muchas empresas que no respetan los sindicatos, avasallan los derechos
de los trabajadores. Si formas un sindicato, enseguida está el despido, todavía
cuesta y se está atrasado respecto al acatamiento de las normas de la
sindicalización. Hay grandes avances últimamente como la ley de fueros
sindicales, que ha permitido una defensa del trabajador, pero en las empresas
chicas, te afilias y pasas al despido inmediatamente.
¿Cómo se cambia eso?
Soria: Es parte de un proceso que vive nuestra sociedad. Los
últimos 40 años hubo avances y retrocesos, tuvimos del 85 al 90 negociación
colectiva, en el gobierno de (Luis Alberto) Lacalle se sacó, y desde el 2005
hasta la fecha hay negociación colectiva, ahora falta negociar y discutir más.
¿Hay una brecha entre
los sindicatos de trabajadores privados y los del estado?
Read: No. Hay reglamentos de trabajo distintos en algunos
lados, hay industrias del estado que tienen cosas muy similares a las
industrias privadas, caso de ANCAP, UTE, OSE, la diferencia no pasa por
público/privado.
¿Los sindicatos
públicos no han trancado mucho la reforma del estado?
Todos estamos de acuerdo que hay que hacer una reforma del
estado, la vida ha cambiado, el estado es un ser vivo, dinámico y hay que
modificarlo, adaptarlo a las nuevas realidades, pero hay que generar los
métodos para discutir la reforma del estado, tiene que ser con la gente. Hay
que salvaguardar cosas imprescindibles y otras reformularlas, creo que no se
encuentra el canal de discusión, de diálogo para llegar a un debate,
diferencias siempre hay, pero no hay dudas que urge una reforma del estado, es
un estado pesado, lento, pensado para 100 años atrás, pensado para la
burocracia, hoy se necesita un estado ágil, vigoroso, más trasparente y más
democrático, y el trabajador está en la primera línea para esas cuestiones, hay
que encontrarle el ‘yeito’, o el ‘clic’, para empezar a dialogar, a discutir y
a negociar.
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