Si imaginábamos el partido previo a su
disputa, si lo pensábamos desde lo factible, desde lo posible; seguramente
sería muy parecido a como realmente fue. Es decir, trabado, luchado,
entrecortado y muy parejo.
Florida recibía a Lavalleja en el choque de ida de cuartos de final, y en el coqueto y muy bien presentado estadio “Campeones Olímpicos”, vimos un partido ardorosamente disputado, con dos equipos que se conocían, y no tenían el mínimo interés de otorgarle ventajas a su rival. Así, Lavalleja presentó la misma oncena que logró la brillante clasificación en Durazno el fin de semana anterior.
En teoría, cuatro en el
fondo, que en la práctica generalmente eran tres, porque Maico Correa, sin
marca personal asignada, se sumaba a la zona de volantes. Diego Rodríguez y
Emiliano Hernández tomaban referencias personales, permitiendo a Sebastián
Suárez que hiciera las veces de líbero. Ruben Abreu era el bastión defensivo
del medio campo. Marcaba y tapaba huecos de continuo. Colaboraban Alexis Duque
y “Kily” González, y con eso se controlaba en buena medida el accionar ofensivo
del locatario. Pero la otra mitad del libreto estaba lejos de cumplirse. Porque
tuvimos muchos problemas de manejo. Impreciso “Rubito”, tapado Duque, poco
participativos Corbo y Cristian González. Entonces la pelota no llegaba clara a
los puntas. “Juani”, movedizo, buscaba por todo el frente del ataque; mucho más estático Amorín, no la recibía.
Entonces no generábamos.
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