jueves, 14 de marzo de 2013

Campanas al vuelo


Ayer por la tarde, en Minas y en muchas otras ciudades del mundo, incluyendo al Vaticano, las campanas de las iglesias se lanzaron al vuelo, anunciando al mundo la elección de un nuevo papa, Francisco I, el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, el primer latinoamericano y el primer no europeo en ser electo en toda la historia de la Iglesia Católica. Y el primer jesuita en llegar a ese cargo. 
Todos los líderes latinoamericanos, así como los Estados Unidos y la Unión Europea (UE), saludaron esta inesperada elección, que marca también una página de la historia americana. 
En su primera aparición en el balcón de la basílica de San Pedro, ante decenas de miles de fieles enfervorizados, el nuevo papa bromeó tímidamente sobre el hecho de que los cardenales lo hubieran ido a buscar "al fin del mundo", después de trece siglos de papas europeos. 
Ya más en serio, el que también es el primer pontífice jesuita instó a los católicos a "emprender un camino de fraternidad, de amor" y "de evangelización", en un momento de importantes desafíos para una Iglesia de 1.200 millones de fieles, más del 40% de los cuales vive en América Latina, donde se ve sin embargo desafiada por las iglesias pentecostales. 
Vestido con su nueva sotana blanca y con una cruz de madera en el pecho, Francisco I, de 76 años, también rindió tributo a su predecesor, Benedicto XVI, que renunció al cargo el pasado 28 de febrero, y con el que tendrá que convivir en el Vaticano. 
Francisco I es considerado conservador en lo doctrinario y progresista en lo social, aunque no pocos le acusan en la Argentina de haber colaborado con la dictadura militar de ese país en la década del 70, incluso desprotegiendo a sacerdotes a su cargo, que fueron detenidos y torturados.

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