martes, 20 de septiembre de 2016

Ignacio Martínez presentó su libro “Una vez en los Andes …”

Librería Acuarela presentó en el marco del ciclo “Escritores y libro 2016” al escritor Ignacio Martínez, y a su libro “Una vez en los Andes…”, en diferentes encuentros realizados en el Colegio San José y el Instituto Eduardo Fabini.

EL AVIÓN QUE CAYÓ EN LOS ANDES

Martínez llegó temprano: “está muy fea la ruta con la niebla, y me vine despacio y aquí estoy” dijo, al ingresar a Librería Acuarela, donde Primera Página conversó con él sobre “Una vez en los Andes …”, que tiene como soporte la tragedia que vivieron los uruguayos del avión que cayó en los Andes en 1972. Contó el escritor que llegó a escribir este libro a través de “una propuesta muy concreta” de Maria Elena Páez -la hija de Carlos Páez, uno de los sobrevivientes de los Andes-, “que desde hacía varios años tenía la intención, porque alguno de sus hijos y nietos de otros sobrevivientes reclamaban saber esta historia a través de un libro que fuera accesible para los chicos, los adolescentes. Terminó en editorial Planeta con la que yo trabajo desde hace varios años, y Planeta consideró que era yo quien podía encarar esto. Escuché la propuesta, y asumí el desafío”.

Una historia que tiene varios libros.
Sí, es un tema muy conocido, los sobrevivientes son de mi generación, somos sesentones, recuerdo el mes de octubre cuando cayó el avión y también el mes de diciembre de 1972, cuando aparecen. Sabía de lo que iba a hablar, pero había que buscar dos o tres líneas muy concretas: contar todo, no guardar nada; hacerlo de manera tal que estuviera absolutamente desprovisto de cualquier sesgo sensacionalista, morboso, alejado de la verdad, o con grandilocuencias que no son; y tratar de encontrar la esencia de la historia, que es la condición humana y el valor de la vida cuando está a punto de irse. Con esas premisas, con el auxilio de la poesía y del mejor lenguaje, la mayor ternura y disponibilidad que entendieran que el público es muy inteligente y podía entrever lo que podía decir. Con todo esto construí la historia. Hubo dos borradores que no me satisficieron, y una tercera que me sedujo, quedé complacido por la idea. Pedí que algunos sobrevivientes leyeran eso, lo hicieron y dieron su visto bueno. Sobre todo quería saber qué pensaba la familia de Javier Methol Ferrer, uno de los 16 sobrevivientes que ya no estaba, falleció el año pasado.

Que además es quien cuenta la historia …
Sí, el libro comienza con su nombre: ‘Javier estaba sentado en …’. Javier fue un hombre de profunda religiosidad, toda su familia, que accede a las reglas planteadas en la montaña. Perdió a su joven y bella compañera en el segundo gran drama que fue el alud, había sobrevivido a la caída, pero no sobrevivió a esa espantosa muerte que es producto del alud, y que describo en el libro con todo el dramatismo del caso. Esa nieve que cae en forma liviana, pero que se acumula, se endurece inmediatamente y oprime como un sarcófago imposible de quebrar, si alguien desde afuera no logra abrir algún agujero, te ahoga y te morís en cuestión de minutos.

Trató la alimentación en la montaña en el libro, y es curiosa la forma cómo evitó el morbo, a través de la poesía, de metáforas.
Soy de los que creo que en ese diciembre de 1972 hubo mucho sensacionalismo, morbosidad, y un mal manejo. En mi libro no vas a encontrar la palabra antropofagia, ni canibalismo, ni ninguna relación con aspectos que mal argumenten lo que pasó. Lo que pasó fue la única posibilidad de sobrevivir, y eso fue sobrevivencia. Acudí a alguna frase como ‘La luna iluminó el cementerio improvisado donde estaba la única esperanza para que vivieran los que habían quedado’. Para conmover y reconocer que el lector va a entender lo que estamos hablando.

¿Cómo es la respuesta de los adolescentes en esta actividad en colegios y liceos?
Cuando comparto con los chicos charlas y lecturas, hay diferentes visiones, muchos desconocían totalmente el tema, otros había visto la película, y hay quienes están informados, entonces se abre un debate sobre cómo reacciona el ser humano antes las situaciones límites, y el valor que tiene la vida cuando en el último rincón de la oscuridad es posible prender una llamita de esperanza. Pero además los chicos hilvanan esta situación con otras tan terribles como la guerra, como los jóvenes en la calle, la prisión, o accidentes como perderse en el desierto, o la selva, un tsunami, un terremoto, es bien interesante la apertura a hacer ese paralelismo, ¡qué bueno! Ahí aparecen temas como la solidaridad, la cooperación, la voluntad, la fuerza, el empeño de salir adelante estén planteados en las conversaciones que hago con los muchachos.
Recomienda leer el libro con adultos, en familia …
La lectura es más individual, pero después viene el gran enriquecimiento de la lectura, que es el compartir, discutir, debatir, es una buena idea en este caso. Como decimos cada uno tuvo su cordillera.

¿Consiguió el libro que quería?
Sí. Me siento muy satisfecho con el libro, ya va en la cuarta edición, se va a editar en Argentina y en otras partes del mundo, lo que demuestra que era un tema para tratar.


Rosario “Charo” Rodríguez, propietaria de Librería Acuarela, destacó el libro, “por lo que trasmite en valores, y ejemplos para la sociedad” y agradeció a Restaurante Ki Joia y al Hotel Verdón por el apoyo en las actividades culturales que realiza Librería Acuarela.

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