domingo, 4 de enero de 2015

Gente en el recuerdo: Alejandro "Tito" Henry Caprio

HENRY CAPRIO, don Alejandro, El Tito Henry, como siempre se supo quererlo. Un gran señor en el Minas del siglo pasado, dictó cátedra de buen proceder fundamentalmente cuando vinieron degollando. De origen humilde, trabajó duro, incluso como transportista, en lo de Izeta como dependiente y en la Barraca de Gabriel Alonso. Se independizó y fue haciéndose de un gran prestigio al frente de su “Barraca”, que se ganó la confianza de todos. En aquellos tiempos la barraca era banco, farmacia y terapeuta. Cuando parecía vivir la cúspide de su trajín de vida, una tormenta, un verdadero tornado lo tiró todo al suelo. El tornado se llamó Fhurman, un nombre asociado a una tremenda estafa colectiva, que arrastró lo hecho por El Tito, y muchos otros. Ya tenía unos años, se encerró mate y termo por días, y decidió volver arrancar de nuevo. La gente lo conocía bien y le respondió y volvió a salir adelante, un ejemplo  para otros procederes, porque no dejó un solo clavo. Tuvo sí el apoyo de una gran familia que regenteaba junto a Minga, su gran mujer y a sus hijos, y su prestancia siguió reinando en aquella Minas que tanto quiso y donde tanto lo quisieron. Pudo entonces seguir fumando tranquilo, viendo como  todo crecía y se reproducía en sus 400 cuadras de campo, que cuidaba y explotaba como con amor. La gente creyó y comulgó con él en las horas difíciles, porque era el tiempo cuando los hombres de bien tenían un capital inviolable. Vale el recuerdo.

Héctor Raúl Vernengo

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