La Casa del Pueblo del
Partido Socialista de Minas vivió su fiesta, festejaron los 104 años de la
fundación del Partido Socialista (PS). Allí estaban como anfitriones Zelmar
Riccetto (secretario departamental), Luis Balduini (secretario adjunto),
Gabriel Pelúa (secretario de Comunicación e Imagen), Rodrigo Pérez, (secretario
de la Juventud Socialista), quienes se refirieron a los 104 años de historia, y
al trayecto recorrido.
HACE 104 AÑOS
Zelmar Riccetto recordó que
el PS “surgió como una necesidad, como una herramienta de los más humildes, de
los más desposeídos, de los explotados del Uruguay, en 1910. Son 104 años de
lucha. Fueron tiempos heroicos, de conquistas para la clase obrera, luchando
por la organización propia, por la Ley de 8 horas, por ejemplo. Un partido que
siempre estuvo comprometido con el género, con las mujeres. Tanto es así que a
raíz del PS se consiguió el voto para la mujer, la ley de divorcio e
inmediatamente la ley de divorcio por la sola condición de la mujer. A todos
estos logros para nuestro pueblo, para nuestra sociedad, se los ha atribuido el
Batllismo. Nosotros fuimos denominados el aquella época el ‘partido picana’ por
las ideas, por la promoción, por la lucha en las calles y en las cámaras, que
era dada por la clase obrera organizada, las mujeres, con el PS bajo el
liderazgo imperecedero de don Emilio Frugoni”.
FRUGONI, UN EXCELENTE
POLÍTICO
Riccetto expresó su
admiración a Frugoni, “un excelente político, parlamentario de fuste,
proyectista de las mejoras leyes de este país, y poeta y ensayista también de
alto vuelo. Primer embajador que tuvo el país en la URSS, cargo que desarrolló
con mucha eficacia.
En la vuelta al país le dio la impronta al partido de ser
un PS uruguayo. Eso hay que recalcarlo. Se aterrizó la teoría del marxismo, de
todo lo que andaba en la vuelta para aplicarlo en el Uruguay. Un partido
democrático. Siempre creyó en la alternancia de partidos, siempre se sometió a
las leyes del juego de la democracia, de la rotación de partidos cada cuatro
años. Profundamente libertario. Una anécdota: cuando el dictador (Gabriel)
Terra en una parodia increíble en Palacio Legislativo, cuando fue a decir ‘Sí,
juro’, desde las barras el viejo Frugoni le gritaba desaforado ‘Usted es un
perjuro’. Eso le costó la prisión en Isla de Flores”. (1)
ÉPOCAS DIFÍCILES
En Minas, el PS socialista
surge con muchas dificultades, dice Riccetto, “y para eso tengo que remitirme a
mi padre cuando se fue a estudiar a Montevideo en la década del ’30 y le
preguntaron qué fue lo que lo hizo socialista. Él dijo que había escuchado un
discurso de Frugoni para muy poca gente, parado en un cajón de frutas, y dijo
‘su oratoria y elocuencia y la razón profunda de sus palabras me deslumbró’. Mi
padre tenía 16 años. Claro, era un poco repicar en el desierto, fueron
esfuerzos individuales más que nada. La parte de militancia más estrecha estaba
con la parte electoral, en tratar de acumular fuerzas. Recién en la década del
’50, el partido en Lavalleja y en Minas en particular se armó como tal, con una
estructura, con un grupo de compañeros a los cuales hay que rendirle reverencia
porque se la jugaron, porque eran épocas difíciles, porque había mucho odio,
marginación, incomprensión. Hubo una base importante del partido en Batlle y
Ordóñez también”.
PREGUNTAS
¿Cómo fue para el PS entrar al FA?
Riccetto -
Bien, bien. Parece mentira que un partido fuertemente institucionalizado, con
el centralismo democrático que conserva… Ya habíamos tenido experiencia de
acumulación de fuerzas en 1962 con la Unión Popular, que no anduvo, con el
grupo del senador Enrique Erro, se llegó a acuerdos electorales, se sacaron
representaciones en la Cámara de Diputados pero no trascendió. Luego hubo
desavenencias que no vienen al caso. El partido fue siempre unitario, inclusivo
que fue importante en la formación del FA y en la salida de la dictadura.
Tenemos que reconocer al doctor José Pedro Cardozo que fue designado por todo
el FA como delegado a las negociaciones.
¿La Caída del Muro de Berlín afectó la ideología del
socialismo?
Riccetto -
No, en nuestro caso no afectó mucho porque atrás de la parte teórica de
fundamentación del partido está el gran teórico Vivian Trías, que reafirma las
raíces socialistas uruguayas. El PS del Uruguay nunca creyó en el partido único
ni en la dictadura del proletariado.
Balduini -
Hay una anécdota. Yo era de la Juventud Socialista en ese entonces y cuando
cayó el muro, y a Guillermo Chifflet lo llamaron a debatir, dijo: ‘En los
velorios ajenos no participo, si yo no conozco al muerto’. Si bien tenemos una
base marxista, habíamos aterrizado toda la teoría socialista a lo nacional con
Vivian Trías, por lo que esa situación no repercutió. Seguimos marcando
presencia con nuestra teoría socialista nacional”.
¿Qué significa La Casa del Pueblo en general y este
local en particular?
Riccetto - Las
Casas del Pueblo no fueron solo lugares de quehacer político. Eran también
lugares de dispersión cultural. El partido, entre las tareas que se propuso
desde muy temprana edad, fue enseñar a leer y escribir. Y lo hacía en las
seccionales más modestas que tenía en los barrios, en las fábricas, en los
sindicatos y en La Casa del Pueblo. La biblioteca de La Casa del Pueblo fue muy
grande, muy famosa, muy calificada. La destruyeron cuando la dictadura. Los
milicos la quemaron o se quedaron con ella, vaya uno a saber, pero no quedó
nada.
Balduini -
Yo viví la etapa en la que se salía de la dictadura, en la cual nos tuvimos que
organizar, y gracias a compañeros como Zelmar, como Eduardo Marotta, como don
Zelmar Riccetto, como Carlos Maidana, como Mario Ruóppolo, como el Flaco
Umpiérrez, toda esa gente que nos guió a nosotros, a los jóvenes socialistas
que salimos en esa camada después de la clandestinidad. La Casa del Pueblo para
nosotros significó mucho. Gracias al PS llegamos a tener más de 60 o 70 jóvenes
afiliados, era una juventud muy fuerte. Se trabajaba mucho con los jóvenes en
cultura, en enseñanza. Nos prepararon durante años para este momento y cuando
Zelmar decía que se enseñaba a leer y a escribir, pensaba en el MIDES, cuando
empezó con el programa ‘Yo sí puedo’ para aprender a leer y a escribir. Todo lo
que se está haciendo hoy viene de mucho más allá en el tiempo. Me acuerdo de
una frase: ‘Los socialistas no mueren, se siembran’. Cuando falleció mi padre
eso lo pusieron en el aviso saludando a toda mi familia, toda socialista. El
partido ha sembrado, tenemos otras camadas de jóvenes. El partido siembra para
cosechar, sembramos con bases, con progresos, con trabajo para que quienes nos sigan,
tengan bases realmente, firmes de lo qué es ser socialista.
Riccetto -
La Casa del Pueblo marcó otra impronta que se la vamos a volver a dar en estos
cinco años. En las Casas del Pueblo siempre se realizaron actividades
artísticas, muchas exposiciones de pintura, del arquitecto Aguirre, de
Rodríguez Musmanno, de Nantes, de Manolo Lima, películas, videos, sobre todo en
aquella época tan fermental de la salida de la dictadura, como “Los ojos de los
pájaros”, “La noche de los lápices”. Había una gran actividad, peñas
folclóricas, bailes, toques de rock, muchas expresiones culturales. Se llenaba
porque ahí se dejaba la parte política de lado y la expresión artística y
cultural estaba presente y bien enfocada y no teñida de la impronta política.
¿Y el presente?
Riccetto -
Esto no da pausa. Somos los cultores de la utopía. La izquierda, y la izquierda
organizada nunca se van a dar por satisfecha. Llegamos a una etapa, estamos
contentos, festejamos el haber obtenido la diputación y ahora vamos a luchar
con mucha ilusión, con muchas ganas, poniéndole todas las ganas posibles por la
Intendencia de Lavalleja. Queremos cambiar y este departamento se merece
cambiar. Me imagino para los más humildes, para los barrios pobres esa
simbiosis entre gobierno nacional y gobierno departamental. Es todo un desafío
y el éxito nos espera si el pueblo nos elige.
Balduini - Y
las alcaldías, porque con un gobierno frenteamplista será diferente, porque
habrá descentralización verdadera, algo que no se dio en este período.
1 comentarios :
ahora le defienden los negocios a Zamin ferrous Aratiri
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