Farmacia Oriental, casi la historia de Minas

Es -por lo menos- un pedazo grande de la historia de Minas. La Farmacia Oriental se fundó en 1887, es el dato más fehaciente que tienen sus propietarios actuales. Nació como Botica Oriental (el por qué Oriental, no hay registros) y su primera ubicación fue en donde está hoy la Galería Irisarri. En 1890 pasó a ser farmacia con el aval del Ministerio de Salud Pública;

desde 1903 ocupa la esquina de Domingo Pérez y Callejón de Luca, donde se mantiene hasta hoy. A lo largo de su historia ha tenido diferentes propietarios e importantes refacciones, sin perder su belleza, ese encanto de época, con enmaderados y muebles enormes, que aún se mantienen, como una serie de elementos clásicos de una empresa que ya tiene casi 130 años de vida. Hay muchas libros con anotaciones de recetas y de contabilidad, un importante número de aparatos con los que se hacían o se hace aún, “que es muy poco, alguna pomada como la Manzané, que es una receta que tenemos, para golpes, y la llevan sobre todos los cuadros de fútbol”. Está la prensa con la que se hacían los supositorios, las obleas, bolos de caballo, un espejo de Geniol tamaño natural, envases de distinto tipo y forma, y se puede seguir un buen rato describiendo “aparatos raros”, que se usaban hace más de un siglo. A través de algunas fotos se puede ver la fachada antigua, una entrada semejante a una pérgola, con muchos vidrios, que después Dirección de Bomberos hizo sacar por peligrosa, una preciosidad. Aún quedan carteles de publicidad. El más apreciado por las damas es el de Alain Delon, un ícono de la belleza masculina –de los años 50 a 70-, y al que muchas damas que arribaron a las seis décadas, miran con simpatía y nostalgia.  

LOS DUEÑOS

Hoy sus propietarios son Carlos Martirena, quien dijo tener 34 años de farmacia. “Empecé en la Serrana, y después me vine a trabajar acá como empleado”, cuenta, y Gerardo

Gómez, que  lleva 22 años, “siempre acá, empecé como mensajero, y después pasé para atrás del mostrador, y después se dio que pudiéramos comprar”.  

Martirena cuenta que cuando ambos empezaron a trabajar en Farmacia Oriental esta pertenecía a don Hugo Varela, y después fue de Varela y Alonso. “Siempre fueron familiares, nosotros éramos empleados y le compramos a la viuda de Varela y a Alonso, en el 2005. Este año, en octubre, cumplimos 10 años al frente de la farmacia, y para mí es mi vida” dijo emocionado. 

Agrega Gómez que cuando empezaron “no nos propusimos hacer cambios, sí trabajar mucho, no era fácil, pero se ha logrado. Nos jugamos mucho, éramos nosotros dos, y un muchacho que trabajaba unas poquitas horas para repartir, y cuando no estaba salíamos nosotros a repartir, trabajamos hasta los domingos. A pesar de que no es fácil mantener ese aire antiguo, tratamos que siguiera así, la gente viene, y le encanta. Los turistas piden y los dejamos sacar fotos. Tiene su encanto”.

NACIONAL O PEÑAROL

Martirena cuenta que Farmacia Oriental es “supuestamente la farmacia más vieja -es como Nacional y Peñarol-, Viera dice que es la de él -la Garmendia Sabía-. A nosotros gente como don Raúl De Luca o el profesor Eduardo Ortega nos decían que ésta era la más vieja, que lo que confunde un poco fue el paso de botica a farmacia, y también el cambio de lugar, siempre estará la discusión”, dice riéndose.

CLIENTELA DE LA VIDA

A lo largo de tantos años, destaca Gómez, es “increíble y hermosa la fidelidad de los clientes, sobre todo los adultos o adultos mayores, y son los que te dicen ‘mis padres compraban acá’”. Agregó Martirena, que cuando se vino de la otra farmacia a la Oriental

“hubo gente que se vino para acá, además se les ofrecen varios servicios, como toma de la presión, y se amplió mucho la oferta, se venden medicamentos, pero también otros productos de higiene y limpieza, de ortopedia, refrescos, regalos, hubo que hacerlo. También cambió mucho con el servicio mutual, hay que pelear con las recetas del sanatorio. Entonces hay que buscar por dónde sacar ganancias, porque hay un presupuesto básico muy grande de alquiler, luz, agua, dos empleados, y el químico y la contadora, los impuestos de BPS y DGI”.  

HORARIOS

Al señalarles los horarios de las farmacias, o la existencia de farmacias de turno, explican que se rigen por Salud Pública, que estipula como horario de farmacias de 8 a 0 hora. “Nosotros tenemos un domingo cada 15 días libre cada uno, trabajamos toda la semana de 8 a 22 horas, el único día que cerramos es el 1º de mayo, y eso lo empezamos a hacer hace dos años, los feriados no laborables viene uno de nosotros a atender. Antes había dos farmacias de turno por semana. Eso no funciona más. Hay una sola farmacia abierta toda la noche, con el permiso de Salud Pública. La agremiación no funciona, nos reuníamos, se tomaban decisiones, pero después no se respetaban, era el ‘y después veo qué me conviene’. En la plaza Libertad había hasta hace pocos días cuatro farmacias -cerró una- en Minas hay 11 farmacias, y además las mutualistas y el hospital tienen farmacia, y hay lugares donde despachan medicamentos, para una ciudad de menos de 40 mil habitantes es muchísimo, por eso hay que trabajar mucho”.  

EN 24 HORAS DOS VECES

Un golpe fuerte recibió Farmacia Oriental en el 2008. “Nos robaron la caja fuerte, con toda la plata de la droguería, y a la noche siguiente nos robaron los productos de perfumería. En 24 horas, dos veces, fue espantoso, hubo que poner alarma, rejas, nos dejaron sin plata, sin productos, y nunca se supo nada, ni recuperamos nada. La caja fuerte enorme, antigua, pesada, decía Monteverde, nunca más nos hicimos de ella. Se tomaron el tiempo del mundo y nadie vio nada”.

Eso no fue más que un tropezón. Farmacia Oriental sigue brindando sus servicios y encantando con su aire y su nostalgia de otras épocas. 

Por Gorge Gómez

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