Durante el año pasado e inicios de
éste, vecinos de la Plaza Rivera protestaron fuertemente por la
falta de acción de las autoridades frente a un serio problema de
salud pública, la presencia masiva de palomas en esa plaza pública.
Los desperdicios generados por la gran cantidad de palomas, materias
fecales y plumas sobre todo, provocaron alarma entre los vecinos,
sobre todo por los problemas de salud aparejados: alergias, problemas
respiratorios, transmisión de enfermedades.
Durante su gestión al frente de la
Intendencia de Lavalleja (IDL), Alfredo Villalba propuso entre otras
cosas que se colocaran jaulas-trampa, pero esta propuesta nunca
terminó de materializarse, al parecer porque requería que buena
parte del trabajo -como la recolección de las palomas capturadas y
su sacrificio- fuera realizada por los propios vecinos.
La Dirección Departamental de Salud
Pública invitó a hacer una demostración en la Plaza Rivera a una
empresa de la Costa de Oro de Canelones que se dedica a ahuyentar
palomas y otras aves de lugares públicos -plazas, aeropuertos, etc.-
mediante el uso de aves de rapiña. Un funcionario de la empresa
realizó la demostración en la plaza con un gavilán, y explicó
entonces que el efecto fundamental de las aves de rapiña no es la
caza de las palomas una a una, sino fundamentalmente ahuyentarlas
hacia sitios alejados de la ciudad, donde no puedan generar riesgos
sanitarios.
Para realizar el trabajo se necesitaba
de varias sesiones con el o los gavilanes, durante unos dos o tres
meses, a un costo estimado, según informó entonces la empresa a
Primera Página,
de unos 20 mil pesos mensuales, durante esos dos o tres meses.
Como
muestra la foto enviada a Primera Página
por un lector, las palomas siguen en la Plaza, en grandes cantidades.
Quizá sea hora de plantear nuevamente soluciones a este problema,
antes que se agrave aún más.
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