lunes, 29 de febrero de 2016

Los ecos de los Rolling Stones

La legendaria banda The Rolling Stones estuvo en Montevideo. Tocó, emocionó, hizo vibrar a más de 50 mil personas, y se fueron, y quedaron los ecos de este mítico, pero tan real grupo, integrado por Mick Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ron Wood.
“A sus 72 años de edad, Mick Jagger mantiene un físico envidiable con el que puede saltar y correr por el escenario mientras canta cada día mejor. Keith Richards, apenas unos meses menor, ha sorteado el estigma de encabezar año a año la lista de estrellas de rock con mayor probabilidad de morir. Probó todas las sustancias que ha encontrado, siempre de primera calidad, incluso una mínima parte de las cenizas de su padre, según sus dichos. Aunque todo el mundo sabe que a ese músico, del que la guitarra parece una continuación natural de su cuerpo, le encanta inventar historias. Charlie Watts, de 74 años, superó un cáncer de garganta que se le manifestó hace más de una década y sigue detrás de su batería, con gesto imperturbable y solidez de roca. En sus ratos libres toca con su banda de jazz, esa música que lo apasiona. A sus 68 años, Ron Wood, "Woody" para sus amigos, lleva apenas cuarenta años en el grupo y se ha transformado en el socio ideal de Richards para elaborar ese entramado de guitarras conocido como weaving, donde no se sabe muy bien quién toca qué parte”, de la nota de Luis Fernando Iglesias, en El País Cultural.

DE MINAS AL CENTENARIO

El empresario Carlos García fue a ver a los Rolling Stone al Estadio Centenario. Aunque reconoce que no es la banda que más le gusta, “fui porque me gusta toda la música, y era una oportunidad única”, lejos adelante están The Beatles, como la banda preferida. “Vi a Paul McCartney tres veces, la primera en Buenos Aires, y las dos veces que estuvo en Montevideo, ¡fanático yo! (ríe). Es que la música de The Beatles fue la que influyó más en mí, los Rolling estuvieron ahí, eran una referencia de la época. Los Rollings son totalmente diferentes a The Beatles”, dijo Carlos. Recibe a Primera Página en su escritorio, lo que sería su ‘habitación propia’ -como diría Virginia Woolf- , discos, libros, música, posters por todos lados, a su espalda hay un posters de The Beatles, con la foto de los cuatro músicos y la letra de “Yesterday” en inglés y español, al lado otro con “Imagine” de John Lennon, de una vitrina asoma un disco con la foto de Mercedes Sosa. “Qué voz, como canta esta mujer”, al señalarle que no se queda todo en el rock, “ah no, toda la música me gusta, toda”.

SON BLUES

Pero la nota son los Rollings, y al volver a ellos, Carlos señala particularidades: “los Rollings son blues, Keith Richards es fundamental en eso, y eso se nota cuando suena la guitarra, no se sienten acordes convencionales, el tipo maneja los arreglos con disonancia, con un tono que no se utiliza comúnmente, no ves un re o un fa o un sol común, todo es arreglo de blues para mí”.

SIN DESPERDICIOS

Resume al concierto como “una experiencia muy buena, sin desperdicios”. “Tuve la suerte de estar al lado del escenario, y fui con mi hermano Rubén (García) y mi sobrino Álvaro (García), los vimos de cerquita (ríe, disfruta contando) les vimos todas las arrugas, pero es un infierno cómo se mueven. La energía que tiene Mick Jagger es la envidia de todo veterano -y jóvenes también-, es imponente cómo se mueve, y eso nos llegaba al público, moviliza, y además Jagger cantaba todo el tiempo, una voz y un oficio impactante, un profesionalismo total, todos. Y deben de tener todo, dietista, preparador físico, es reflaquito Jagger. Invierten mucho tiempo, están preparados para eso, son dos horas y media sin ningún problema, dale y dale, y por eso va uno a verlos también, por todo ese profesionalismo y esto lo hacen en todos lados. Un sonido espectacular, salí con la cabeza aturdida, las columnas estaban frente a nosotros”.

PÚBLICO URUGUAYO

Carlos cuenta que el público “estuvo muy bien, moviéndose siempre, porque contagian los tipos, mucha gente joven, superaba a los que somos más grandes, o sea ahí se ve lo bueno, ese trascender las generaciones”. Agregó que cuando vio a McCartney por primera vez en Buenos Aires, “se me caían las lágrimas, lloré, no tengo problema en reconocerlo, cuando lo ví en Montevideo fue más light, yo estaba más tranquilo. Además en Buenos Aires es distinto, los argentinos disfrutan del espectáculo como si fuera una fiesta, acá no, se sientan y lo escuchan con cara de ‘cantame, haceme el show’. Pero estos tipos nos movilizaron mucho”.

EN VIVO MEJOR

Carlos se entusiasma hablando de la música, y trasmite una gran alegría, sería mejor decir, “Satisfaction” como canta Jagger, esa sería la palabra. Cuenta que siempre quiso ver a los Rolling en vivo, “porque cuando leía información de ellos, siempre encontraba que decían que en vivo eran muy superiores al disco. Pete Townshend, guitarrista de los The Who, dice en su libro “Who I am: Memorias” que estoy leyendo, que The Beatles eran insuperables, pero que en vivo, los Rolling son únicos, y es así. Los contrapuntos de las guitarras, impresionantes. ¡Cómo suena el bajo tan bien tocado! La batería es sobria, pero siempre haciendo un gran complemento. No hay discusión que es un rock que ha servido de espejo para muchísimos músicos”.

Si vuelven, ¿va?
Sí, voy y los recomiendo. Yo creo que van a venir. Dentro de dos o tres años están acá. Es un negocio, pero es también arte, porque es muy profesional, muy bien hecho, dejan todo para la gente. Les doy 11 puntos en 10.

¿Qué otro artista le gustaría ver?
Phil Collins, que difícilmente venga, ya está en retirada, dicen que haría dos conciertos más y deja, Bruce Springsteen pero no viene para estos lados, Carlos Santana, me encantaría.

“HABÍA QUE ESTAR”
También consultamos a Emiliano Riccetto, músico, guitarrista de Chala Madre y de la Banda de la IDL, sobre lo que fue para él este concierto de The Rolling Stones, cuenta que mientras vivió en Estados Unidos (desde 1999 al 2012) nunca los pudo ver, “y siempre tuve ganas de verlos en vivo, y cuando se supo que venían, tuve dudas no por falta de ganas, sino por fechas de toque sobre todo con Chala Madre. Mi hermana consiguió las entradas y bueno salió, había que estar”.

¿Qué son los Stones para ti?
Con la música arranqué a los 14 años, y lo que más se escuchaba era The Beatles en mi casa, pero el tiempo, la maduración musical, hizo que empezaran a gustarme los Stones, y desde hace mucho me fascinan, sin dejar de ver a The Beatles como siempre los vi. Es arte puro lo que hacen las dos bandas, y no se pueden medir, ni comparar, y como músico es un disfrute verlos en el escenario a los Stones, es de un profesionalismo y un talento impresionantes. Los dos grupos tienen muchas diferencias, muchas coincidencias y son recontrabuenos los dos, para qué comparar. Los Stones después de 50 años están ahí arriba del escenario, permanecen, se reinventan, cambian, y tienen una energía y hacen un show excelente. En Estados Unidos vi show de Joe Cocker, David Mathieu, o Pink Floyd, Roger Waters, a Paul McCartney allá, después lo vi acá, y ves que estos artistas vienen acá y hacen un show de ese mismo nivel.

¿Cómo fue para ti ver en el Centenario a los Stones?
Pah, cuando entramos y vi ese escenario, te sacude, y cuando empiezan al primer acorde que tiró Richards se me erizó la piel, y es como que bajó una piedra pesada que son 50 años de rock and roll, que además disfrutas, gozas, no encuentro palabras.

¿Coincidís que los Stones son mucho mejor en vivo?
Los Stones y muchas bandas no son lo mismo en disco que en vivo. A mí con McCartney, con Cocker, me pasó lo mismo, no son lo mismo, el vivo es ver allí, es carne, sangre, color, movimiento, sonido, y los Stones son energía con todo y todo el tiempo, hay una magia que nace de que están tocando de verdad, aquí no hay fiasco, y eso se trasmite. Mick Jagger, no lo podés creer lo que genera en la gente, hubo gente en el show que estaba mareada, por la humedad y el calor, él corrió, cantó, y no le pasa nada, impresionante y tiene 73 años. Además estás seguro que lo hacen todo porque lo sienten, no hay necesidad económica ni de fama ni de nada, que haga que los tipos estén de gira en Uruguay, ni en ningún otro lado, lo hacen porque pueden y con la convicción que el show vale la pena, y que quien los ve, no se va a olvidar de lo que vio en su vida. Yo por eso estoy agradecido de haber podido ir, y agradezco sobre todo a mi hermana que fue la que más insistió y organizó para que fuéramos. ¡Vi a los Stones en Uruguay, en el Centenario! Es de locos.

Hubo una apertura también, no solo económica, y se han podido ver shows muy importantes
Sí, sin eso creo que no se podría haber tenido, hay una apertura cultural en la última década que tiene que ver con invertir en cultura, creo que se había olvidado invertir en cultura, y que es para un país el patrimonio más grande que pueda tener -no lo digo yo, lo dicen los que saben- es hacer grande cada vez más la cultura y la educación.

¿Hubo momentos que te sacudieron?
Sí, varios, cuando arrancaron con ‘Start me up’, o con ‘Jumpin' Jack Flash’ fue increíble el riff de guitarra de Richards, y los dos temas que cantó. Pero casi lloro, me emocionó con ‘Slipping away’ (Durmiendo lejos) que habla de la relación de pareja en la vida del músico, y uno lo traslada a lo que vive -y no soy un Stone, no me estoy comparando- pero uno anda, va y viene y es divino tocar, pero también eso se siente. Me emocionó porque además Richards trasmite un ángel y una cosa indescriptible, pueden decir que ya no canta tan bien, pero el sentimiento que tiene y con la guitarra es un fenómeno. Cada nota que toca la mete acá, en el corazón. Y eso no se aprende, eso es la vida, y la varita mágica que lo tocó. No hay otra.

¿Los volverías a ver si vuelven?

Sí, y ojalá vuelvan. Por ellos y por lo que dijeron creo que volverían, pero hay muchas cosas en juego cuando una banda de ese nivel sale de gira. Si vienen a Sudamérica, van a venir a Uruguay, por todo lo que fue el Estadio Centenario, no cabía una persona más, cuando estaban por salir los Stone, al escenario se prendieron todas las luces de los celulares y fue mágico.  

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