martes, 2 de junio de 2020

Carina Soria: “Es un desafío importantísimo, es repensar el trabajo cotidiano”

CENTRO IBIRÁ CONTINÚA TRABAJANDO 
Conversamos con Carina Soria, directora del Centro Ibirá que se dedica a la atención de personas con discapacidades, sobre la situación creada por la pandemia. Soria lo califició como “un desafío importantísimo, es repensar el trabajo cotidiano, es un trabajo on line ahora, y en el caso de chiquilines que tienen dificultades de acceder a las redes o internet. Cada situación tiene sus características, se da el caso de padres que el dispositivo que hay en la casa lo usan para hacer teletrabajo, o los hermanos haciendo sus tareas por las plataformas, hay que ver a qué horas se llama, cómo se coordina con la familia, pero lo fundamental es que se viene trabajando, y aquellos que no pueden conectarse o son más chiquitos se buscan otras estrategias, como el hacer material gráfico y llevárselo a la casa”. 

¿CÓMO TRABAJAR?
Aseguró que “la primera semana fue muy caótica, sentías como que no sabías para qué lado agarrar, hay disciplinas como la que yo llevo adelante -soy psicomotricista-, ¿cómo hago para trabajar con y desde la computadora? Cuando se trabaja con el cuerpo, y siempre en una sala con determinadas características; y bueno, se han ido encontrando formas, se ha ido avanzando, y nos tuvimos que replantear los objetivos de tratamientos. Hay tratamientos que son más complejos y difícil hacerlos a través de la pantalla, por otro lado está lo personal, lo íntimo de cada persona, y también con los más chiquitos donde prima siempre el diálogo del cuerpo y el diálogo de lo personal, y seguramente como son las únicas alternativas, hoy ellos se han ido acomodando a estas formas y a estar con nosotros de esta manera”.

ACOMODARSE A LA SITUACIÓN 
Respecto a la respuesta de cada familia, Soria señaló que “las familias están respondiendo bien, nosotros tratamos de ser muy cuidadosos porque esto ha generado que todos nos debemos acomodar a la situación. La familia desde su casa hoy tiene también la escuela o el liceo, son varias maestras, y a  nosotros, que a veces son dos técnicos por niño. Hemos tratado de coordinar y de ver cómo trabajar, cómo estimularlos, y cómo llegar a ellos. Es un trabajo de mucho sostén, de acompañar, y por otro lado es importante que los chicos no pierdan el vínculo con los técnicos, por eso es importantísimo tener varias estrategias de comunicación”. 
Soria reconoce que desde Centro Ibirá “estamos sosteniendo y acompañando a cada uno desde sus necesidades, con algunos se continuó sin problemas lo que se venía haciendo, y con otros se tuvo que cambiar las estrategias de trabajo. Es un poco lo que nos ha pasado a todos, hubo que sí o sí, adaptarse a la ‘nueva normalidad’, en esto también. Hemos ido en lo posible pudiendo encontrar el día y la hora, mantener el contacto continuo, hemos ido aprendiendo, y nos reunimos los técnicos por áreas, evacuando las dudas que nos generan, y la gran pregunta siempre es: ¿Lo estamos haciendo bien o no? Todo eso es parte de ese nuevo aprendizaje, ha sido muy nuevo para todos”. 

FRENTE A FRENTE 
Al señalarle la complejidad para un psicomotricista trabajar a través de la pantalla, Soria señaló que “sí, también para el psicoterapeuta porque muestra a los papás los ejercicios, pero no estás presente mirando, sosteniendo, observando los detalles que hacen al avance de la terapia. Supongo que son las disciplinas más difíciles, la del psicoterapeuta y la del psicomotricista, porque hay que estar frente a frente en lo posible”. 

PSICOLÓGICO Y PSICOMOTRIZ 
Resaltó que “en el tratamiento psicológico ha tenido un impacto importante, porque tiene que ver mucho la privacidad, el espacio de intimidad para la conversación, y eso no siempre se da, lo que se hace es apoyar, estar, trabajar, no es lo mismo cuando se tiene un lugar para eso, porque es un espacio que tiene un valor simbólico muy importante, que por la pantalla ya es más complejo. En el tratamiento psicomotriz también, porque tienen un espacio donde hacen un despliegue de lo emocional, de lo afectivo, de lo inconciente a un nivel importante, que no se da en la pantalla”. 

ATRAVESAR LA REALIDAD 
Al consultarla sobre el quiebre de “quedate en casa”, el encierro, el sedentarismo cómo juega para el trabajo del Centro Ibirá, responde que “en algunas personas tiene más repercusiones que en otras, cada uno quedó frente a su realidad, o sea no se puede entrar en las generalidades, porque cada uno atraviesa su realidad de diferente forma, está el que vive una situación de seguro de paro, o sin trabajar, y entonces en qué momento se interviene, en qué momento se llama, porque no siempre se tiene una disponibilidad afectiva o emocional para recibir esa intervención, el llamado -eso lleva a que debemos escuchar a los papás, conversar con ellos-, porque es parte del trabajo el hacer un soporte desde lo afectivo también”. 

BUENA RESPUESTA 
Desde una evaluación, consideró que “la mayoría ha tenido muy buena respuesta a esta forma de trabajo”. “No hubo resistencia, sí pueden tener dificultades por el soporte informático, y se buscan las estrategias para poder llegar, y tampoco que no haya presión, que puedan hacer las cosas que se le envían dentro de lo que se va organizando en el espacio que tengan para el centro”. 

RED DE CENTROS  
Al consultarla sobre las perspectivas que visualizan ante la posibilidad de que bajen las medidas sanitarias, Soria respondió que integra la red de centros a nivel nacional, y comenzaron a hacer acercamientos. “Tuvimos una reunión con el Ministerio de Salud Pública, para armar un protocolo sanitario y las formas de intervención en una posible vuelta a la presencialidad. Venimos lentos, porque nos dieron en el MSP unos lineamientos de trabajo, a eso le agregamos la realidad nuestra y tratando de abarcar toda la realidad de los centros, que en nuestra red los afiliados son 120 centros, algunos con modalidad clínica y otros de talleres, lo que se está pensando es trabajar sin obligatoriedad de asistencia, viendo caso a caso, porque hay patologías que no pueden empezar todavía. Es un trabajo lento y de mucho afinar lo que se va a hacer”. 

DESAFÍO CONSTANTE 
Destacó que siguen trabajando con BPS. “Eso no se modificó porque todos seguimos brindando atención a la población, y también con Tutela Militar y Policial, que seguimos trabajando on line. Eso significa para los técnicos mucho trabajo, porque se crea material personalizado para que sea más fluido el relacionamiento y asegurarles que estamos con cada uno de ellos. Ha sido una experiencia nueva de la que aprendemos mucho, se van sacando cosas para pensar, para hacer, y surgen muchos desafíos constantemente”. 

PREMIO 
Carina Soria es edil en la Junta Departamental de Lavalleja, y en la sesión pasada cuando se planteó el proyecto de un premio departamental en reconocimiento a personas con discapacidades, puntualizó algunas aristas, sobre todo de redacción y de enfoque, que se desconocían desde las bases del premio, “porque tiene que ver cómo uno se posiciona frente a la discapacidad y la sociedad que uno busca”. “Se usan en el proyecto conceptos  que parecen más livianos. Preferiría que se discutiera una sociedad más inclusiva, hacer políticas que tengan que ver con una sociedad más justa en cuanto a derechos y deberes de todos por igual, y no en pensar en dar un premio que tiene fundamentos que son muy vagos. Había cosas en la redacción del proyecto que no tenían claridad. ¡Entiendo el espíritu de crear un premio! Pero hay que ver desde dónde uno se para, y tal vez es difícil de trasmitir, un ciudadano con discapacidad tiene el mismo derecho que cualquier otro ciudadano a recibir un premio, sin necesidad que se marque que es discapacitado y logró algo, no que se diga es discapacitado e hizo tal cosa, el premio lo gana por su mérito, ese es el punto más controversial desde el concepto que uno tiene frente a la sociedad. Hay temas dentro del proyecto que son errores de redacción, ponían con ‘cierta o considerable discapacidad’, la discapacidad existe o no existe. O se usan palabras como integración e inclusión, como si fueran sinónimos, cuando hay diferencia entre integrar e incluir, y eso es parte de lo que la sociedad tiene que hacer. Es mucho lo que falta para tener una sociedad inclusiva, hay muchos debes como las barreras arquitectónicas, en la parte laboral hay una ley pero falta, o sea la gente con discapacidad queda relegada, y no hay soluciones rápidas”. 

DESDE EL ALMA, CON EMPATÍA 
Finalmente dijo que “falta mucho de educación y que nos atraviese desde el alma, con empatía, poder pensar en el otro. Algo bueno de esta propuesta es que puso en la discusión la discapacidad y la visualización. Por eso entiendo el espíritu del compañero (Gustavo) Risso que propuso esta idea para poner el tema sobre la mesa. Ya estuvimos trabajando con los compañeros y compañeras de la comisión de Asuntos Sociales de la Junta, y vamos a seguir conversando y evaluando”.  

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