Una de las Medallas Morosoli en la XXI entrega de los
premios de la cultura uruguaya se entregó en homenaje al Presbítero Narciso
Renóm, fallecido hace muy poco, a quien desde la presentación, denominaron:
“Hombre de Iglesia, pastor y guía de los jóvenes”.
Recordaron sus palabras: “La verdad siempre afianza la
libertad y la verdad siempre afianza la honestidad, y la libertad y honestidad
siempre son términos muy fuertes en la convivencia del ser humano. Entonces, el
no saber la verdad inclina a la deshonestidad, a la mentira, al tapujo, a la
evasión y eso no es lo bueno”.
En el acto se trazó un perfil de Narciso Renom Pons. Nació
en Barcelona el 22 de diciembre de 1936, en un hogar constituido por el padre
Narciso, la madre Justina y 6 hermanos. Obtuvo el título de perito industrial
mecánico en 1948; se recibe de radiotécnico para los estudios de Barcelona en
1952, cumplió el servicio militar siendo promovido a Alférez eventual en 1958.
Ese mismo año llegó a Uruguay el 26 de agosto, se ordena sacerdote el 13 de
agosto de1966 y el 2 de diciembre de 1970 obtiene la carta de ciudadanía. Ocupa
diferentes cargos a nivel eclesial. Inspirado en el espíritu de una iglesia
renovada desde el papado de Juan XXIII plasmado en los documentos Vaticano II,
Medellín y Puebla, Renom impulsa nuevas herramientas de evangelización para la
Diócesis de Minas como lo son el Movimiento de Cursillos y el Movimiento de
Encuentros Matrimoniales. Se destaca su trabajo con los jóvenes en la Casa de
la Juventud, fundada en 1974 a instancias del obispo Monseñor Edmundo Quaglia,
y en ella vive y trabaja hasta su fallecimiento.
Impulsa la Pastoral Juvenil Nacional asesorando la Comisión
Nacional de la Juventud de la Conferencia Episcopal Uruguaya junto al
Presbítero Jorge Techera durante el arzobispado de Monseñor Carlos Partelli.
Es designado por la misma Conferencia como responsable de la
preparación de la primera visita del papa Juan Pablo II al Uruguay.
Es catedrático en el Instituto de Filosofía Ciencias y
Letras, hoy Universidad Católica del Uruguay, entre 1977 y 1980. En el año 79
la dictadura cívico- militar intentó extraditarlo, dato que pocos conocemos, y
gracias a la intervención del obispo Monseñor Carlos Mullin, lo habilitan al
ejercicio de la docencia en todo el territorio. A la vez consolida la legalización
de su ciudadanía.
En 1987 es nombrado párroco en Batlle y Ordóñez hasta su
retorno a Minas ocupando durante un lapso de tiempo el cargo de párroco de la
Catedral. Es vicario general y vicario pastoral durante varios años.
El 22 de diciembre, fecha de su cumpleaños, se nominará
Presbítero Narciso Renóm Pons al Centro de Capacitación creado por él, en la
localidad de Batlle y Ordóñez.
Fallece el 5 de setiembre de este año.
“EN EL ADIÓS YA ESTABA LA BIENVENIDA”
Recibió la Medalla Morosoli Homenaje el sacerdote Óscar
Díaz, quien agradeció a la Fundación Lolita Rubial, y señaló que se encontraban
representados muchos minuanos y minuanas, porque “Narciso Renom marcó a muchas
personas criterios de juicio y de discernimiento para una sociedad más justa,
desde la creencia en la fe pero también desde un humanismo concreto. Recibir
este premio es el agradecimiento de muchas generaciones que continúan haciendo
presente el ideal de vida de Narciso Renom.
Termino con una frase que él decía y que dejó escrita poco
tiempo antes de morir, y es de Mario Benedetti, y eso también nos habla de su
personalidad. Y esa frase es: ‘Se despidieron y en el adiós ya estaba la
bienvenida’. Gracias”.
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