sábado, 12 de septiembre de 2015

Nacionalistas homenajearon a Saravia

Como es tradicional cada 10 de setiembre, integrantes de distintas agrupaciones del Partido Nacional en Lavalleja se reunieron en la zona de los Tres Puentes para homenajear al caudillo blanco Aparicio Saravia.
La oratoria estuvo a cargo de José Belloni, quien indicó que “hoy, a 111 años de aquella bala perdida que en la Batalla de Masoller hiriera de muerte al General Aparicio Saravia, queremos recordar con este humilde homenaje a este prócer inigualable del Partido Nacional. Inquieto desde niño, escapó de la escuela montevideana a la que su padre lo enviara a recibir una instrucción superior. Presentándose en la casa paterna, a los dos meses, en compañía de unos carreros a los que se había juntado en el camino.
Ya a los 20 años, al lado de su hermano mayor Gumercindo, se le hallaba en los días de la revolución tricolor. Cuando Gumercindo pasó al Brasil en febrero de 1983, como uno de los jefes de la revolución federalista, Aparicio formaba en la columna que invadió la frontera por Aceguá. Muerto Gumercindo de un balazo en el pecho, el 10 de agosto de 1894, el directorio de la revolución confirió al Coronel Aparicio Saravia el rango de Jefe del Primer Ejército Libertador, al mismo tiempo que se le promovía al rango de General. Batidos en retirada, el 23 de octubre de 1895, retornó a su país con un grupo de 30 hombres desarmados, por la misma frontera de Aceguá cruzada al irse”.

EL IDEALISTA

Más adelante en su exposición, Belloni dijo que “aquel hombre flaco, triste y pensativo, que traía metida en su cuerpo una bala desde la Batalla de Paso Fundo, y que volvía vencido después de tres años de ausencia, traía consigo un gran caudal de experiencia de la guerra criolla, peleada en Río Grande con los mismos métodos que en tierra uruguaya. Vivía desde la hora de su regreso en su estancia 'Del Cordobés', los sucesos se precipitaron y en noviembre del ’96, Saravia se lanzó al campo con un puñado de hombres a provocar una alteración del orden que sirviera cuando menos para tachar de viciadas las elecciones generales que se debían efectuar por esos días. Ahí nació tal vez el idealista, que defendiera con coraje inigualable hasta su muerte los valores inalienables de las leyes, en defensa de la democracia: 'Defensores de las leyes' lucía su divisa. Saravia, en su estancia 'Del Cordobés', y el presidente Juan Lindolfo Cuestas en Montevideo, vinieron a ser el eje del cual giraba la política nacional. Un régimen dualista dentro del cual, el Partido Nacional y el gobierno se preparaban para definir posiciones lo antes posible. Pero en 1903, con la elección presidencial de José Batlle y Ordóñez, las cosas tomaron otro sesgo. Recién había asumido el mando el gobernante electo, el 1 de marzo, cuando Saravia estaba nuevamente al frente de un ejército nacionalista”.

LA BATALLA

“Cada uno de los presuntos contendores solo pensó en aprovechar los momentos de tregua, para aumentar la cantidad de sus fusiles y municiones, esperando el conflicto que fatalmente debía producirse. Y ese momento llegó en enero de 1904. Los primeros choques formales ocurrieron en el mismo mes de enero, en las cerrilladas de Mansavillagra, en los días 22 y 23 de junio, librose en Tupambaé la más importante y encarnizada batalla de guerra, donde las bajas sobrepasaron de 1.500. Saravia, por su parte, estuvo en los sitios de máximo peligro, demostrando una valentía imperturbable y supo dictar como siempre apropiadas disposiciones. Llegamos así al doloroso día para todos los blancos de la Batalla de Masoller, en la cual el 1º de setiembre resultó herido mortalmente por un proyectil que le atravesó el cuerpo de la espalda al vientre, en las últimas horas de la tarde. Conducido a Brasil, sucumbió a los pocos días, el 10 de setiembre de 1904. Su cuerpo fue depositado en el panteón de la familia Pereira de Souza, en el municipio de Santa Ana do Livramento. Pasado el tiempo, y con la perspectiva que nos da la historia, queremos recordarlo como el gran oriental que fue. Hoy es mucho más que un héroe del Partido Nacional. Es, para mi al menos, el forjador de la democracia del pueblo oriental. ¡Viva la Patria!”.

Posteriormente, se colocó una ofrenda floral frente al monolito que recuerda al caudillo blanco.

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