jueves, 10 de septiembre de 2015

Adriana Peña: “Estamos poniendo la casa en orden, no ha sido fácil”

El martes a la tarde, entre una reunión con el maestro Ariel Brito -director de la Fundación Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles del Uruguay- y otra con el directorio de ADEOM, la intendenta Adriana Peña recibió a Primera Página en su despacho, con la energía y alegría que la caracteriza, haciendo énfasis en algunas respuestas y desdramatizando otras, siempre en equilibrio lo personal con lo político.
Lo que sigue es parte de esa entrevista de casi 50 minutos, que recorrió estos 60 días al frente nuevamente de la IDL, los que han sido “de trabajo, trabajo, mucho trabajo”, dijo tomándose la cabeza con las dos manos. Vuelve a mirar y agrega: “estamos poniendo la casa en orden, no ha sido fácil. No estábamos acostumbrados a ver cómo llegábamos a fin de mes”.

UN BALDE DE AGUA HELADA
Señaló que la situación económica en que encontró la IDL “fue un balde de agua no fría, helada, con cubitos de hielo”. Recordó que asumió el jueves 9 de julio, “y ese mismo día me preguntaron a quién le pagábamos el viernes, y pregunté ‘¿cómo a quién le pagamos el viernes? A los proveedores’, y me dicen: ‘¿Y a cuál? Porque hay unos cuantos’; digo yo ‘¿cómo unos cuantos?’ Ya ahí me prendió una luz roja fuerte, ya estaba mal, porque se estaba pagando el viernes y no el jueves como siempre se hizo. Dije que íbamos a volver a pagar los jueves porque es más ordenado y por una cantidad de razones que hacen a la gestión de la intendencia y de los proveedores. Les pedí una lista de a quiénes había que pagar y así veíamos a quién pagamos. ¡Cuándo me trajeron la lista! Se debían 29 millones de pesos, ¡casi me muero! Y fue el primer día. El miércoles debíamos 40 millones de pesos, y había más de 60 millones de pesos de deuda”.
GRANDES TESOREROS
Respecto a si el contador Gonzalo Alonso, director de Hacienda de la IDL durante los cinco meses de gobierno de Alfredo Villalba le había informado, Peña dijo: “Alonso me dijo que íbamos a necesitar el préstamo de 26 millones de pesos. No sé si él tenía noción de que esto se debía, porque mucho quedó en órdenes de compra, que hasta que no llega el momento de pagar el director de Hacienda no lo sabe, porque no tienen idea de todo lo que se compra, y cuánto va sumando. Dicen que los directores de Hacienda de las intendencias son grandes tesoreros, y los tesoreros son los que pagan, creo que Alonso se sorprendió también”.
UN GOLPE DURO
Explicó Peña que para ella “fue un golpe muy duro, se dejó el doble de la plata que había, justamente pensando que se iba a gastar más, porque en todos lados pasa que quienes están por unos meses quieren hacer muchas cosas, y un poco de descontrol hay, en todas las intendencias pasó lo mismo, pero nunca pensando que iba a ser de esta manera”.
SALTO ES DIFERENTE

Peña hizo hincapié en la situación de las intendencias de todo el país, y al plantear Primera Página la situación de la Intendencia de Salto, Peña hizo un gesto y dijo “lo de Salto es diferente, se destapó una situación que venía arrastrándose desde hace mucho tiempo. Tenía más de 6 fideicomisos, es como una persona que no puede pagar un préstamo, y saca otro para pagar ese, y después tiene que sacar otro para pagar ese otro, y así se hace una bola que suman intereses, y recargos, que son muy altos, y llega el momento que te revienta en la cara y no lo podés pagar”.
Al señalarle a Adriana Peña que una vez que resultó electa, pareció transmitir con su silencio una postura de “ahora voy a descansar, cuando llegue el momento veremos con qué nos encontramos, y después voy a armar el gobierno”. No hubo transición, no asumió con un equipo de trabajo constituido, como normalmente se hace. Se ríe ante la observación del periodista, y dice: “Nunca me habían dicho eso, ni me habían preguntado eso. Te voy a decir, a calzón quitado como hablo yo. Terminé la elección muerta, muy agotada, y me tomé vacaciones, las necesitaba, después de cinco años en que no había parado. Junto con las vacaciones empecé a transitar una vida nueva personal. Entonces, sí, me permití vivir esas vacaciones. Y cuando volví dije vamos a parar la pelota, organizar, y además con una convicción: en este período las cosas van a ser distintas. Hay una experiencia de cinco años de gobierno, queríamos empezar a trabajar teniendo en cuenta que habíamos ganado y que llegamos en base al trabajo de un grupo humano, que es amplio. Y cuando empezara a transitar el gobierno se coordinaría con cada una de las personas que nos ayudaron, que trabajaron, a ver en qué lugar iba cada uno, como hace el presidente de la República, o los intendentes, según sus aptitudes, sus ganas y su trabajo como grupo, también coordinar las presidencias de la Junta Departamental. Una vez que asumimos tuve que tirar todo por la borda, cuando vimos que no teníamos plata para llegar a fin de mes y pagar los sueldos. Se trastocó todo. Era una triste y cruda realidad que llevó a que parara todo y a que asumiéramos eso”.
¿Usted no se arrepiente por toda la angustia y desazón que provocó en los municipales por haber dicho que no había dinero para pagar los sueldos, 18 días antes del 31 de julio, cuando fue a la Junta a pedir que le aprobaran la línea de crédito de 120 millones, y después los sueldos se pagaron sin la línea de crédito aprobada?
¡Era la verdad!
Pero los sueldos se le pagaron. Habrá hecho maravillas, pero el dinero estuvo, y la gente se comió casi 20 días de incertidumbre y desesperación.
Sí, hice maravillas absolutas. Que además dolían, que eran difíciles: cortamos horas extras, cortamos contratos, cortamos el pago de todo, hablamos con las empresas, con las instituciones públicas y privadas, con todo el mundo, le decíamos ‘no me corte, no me tranque, porque no les puedo pagar este mes, porque tengo que pagar los sueldos, es lo primero’. Hicimos una serie de modificaciones para trancar absolutamente todo y solo pagar sueldos. Y así seguimos, organizamos los sueldos, y vemos qué pagamos, porque solo tenemos 45 millones de pesos habilitados directos. Sacamos 15 millones, se pagaron deudas, sueldos, pero con la adecuación que hicimos. Si hubiéramos seguido el mismo tren que veníamos, ya no teníamos nada.
¿Se pagó el aumento del ajuste por IPC que correspondía?
No, eso no se pagó. Se paga en setiembre la primera cuota. Eso también lo tuvimos que cortar, se tendría que haber empezado a pagar en julio, pero no lo podíamos hacer.
¿Sigue siendo la directora de Hacienda?
No, estoy de ordenadora de gastos, la directora de Hacienda es la contadora Tania Pereira, y tenemos un asesor brillante, uno de los mejores del país, el contador Daniel Sureda, es de las personas que sabe más de municipios.
¿Las otras direcciones?
Analía Grandi, Turismo; Nelson Hernández, Prensa; José Bentos, Servicios Agropecuarios; Gastón Elola, Vialidad; Servanda Apecechea, Jurídica; Gerardo Peña, Servicios Técnicos; Adriana Baladán, Familia y Mujer; Carlos Draper, Tránsito; Mauricio Baubeta, Deporte y Juventud, que se unió porque son dos áreas relacionadas, que no trabajaban muy coordinadamente y creímos necesario ponerlas juntas, dejando como coordinadores a Ariel Aviaga y Manuel Rodríguez que venían trabajando muy bien. José Belloni es coordinador de Casa de la Cultura y Molino Viejo, y en el teatro no hay nadie nombrado; Juan Carlos Falchetti, en Higiene, está nombrado pero no asumió, porque es un pase en comisión; falta el nombramiento en Servicios Sociales.
Renunció el arquitecto Carlos Fabini, director de Arquitectura, hace pocos días. ¿Por qué?
Renunció, sí. Tiene un cúmulo de trabajo privado, le exige mucho tiempo, y es imposible que estuviera en dos lugares a la vez. Por ahora no asumirá nadie, está la jefa de Parques y Jardines que es Ileana Pío, y en construcción está el arquitecto José Fornaro.
A fines de agosto se sacaron varios cientos de changas. ¿Por qué se tomó esa decisión?
En realidad no es tan así. Tenemos contratos, se hicieron 500 contratos, que ya venían como zafrales, algunos se les hizo a 6 meses, todos los que traían antigüedad desde diciembre del año pasado, esos siguieron como zafrales, y el contrato de los seis meses, no se cortó. Hay otro grupo que venía y gente nueva, que se les hizo contrato como funcionario. A la gente que no cabía en el cupo que hay en el presupuesto para contratarlos, se les notificó que se les terminaba el contrato en el mes y pasaron a rotar como zafrales. Los que tienen contrato por la Ley de Discapacidad -que no se cumplió como correspondía- se les pidió que presenten el certificado de discapacidad y se los reingresa, lo mismo los de la Ley de Afrodescendientes. Además la intendencia acoge a gente con problemas de violencia doméstica que nos manda el Juzgado, con personas del vertedero municipal, con los privados de libertad, con madres jefas de hogar sin trabajo, todos entran y van rotando, porque no podemos más, es todo en un marco de necesidad de la institución, porque los números no dan, y la gente paga los impuestos para que se hagan obras y servicios.
¿Estas modificaciones no son pasibles de juicios a la IDL?
No, no. Los contratos que hace la intendencia son bien claros, se pueden reincidir avisando con un mes de anticipación. Podíamos decir que no entra nadie más, pero no, los vamos a ir rotando. La IDL siempre ha dado un fin social con los discapacitados, o con los afrodescendientes, nunca se les pregunta si son discapacitados o afrodescendientes, porque es una discriminación, y estamos muy por encima del 8 % que marca la ley. Aquí entra todo el mundo. Respeto a los afrodescendientes, se ha trabajado mucho, hay dentro de Familia y Mujer una oficina que atiende la problemática afrodescendiente.
Se le cuestiona por la oposición y por ediles del Partido Nacional, las presentaciones a la Junta de sus solicitudes de aprobación de proyectos, como fueron en enero las Directrices de Ordenamiento Territorial y recientemente la línea de crédito y la amnistía. Acusan falta de información y razones, alcances de sus pedidos, desprolijidad y poco claros los textos. ¿Qué pasa?
¡Es política! He escuchado tantos disparates. También algunas cosas acertadas. Veo mucho desconcierto en la Junta, me preocupa. He visto faltas de respeto al presidente (Alcides Larrosa) y a ediles que están muy desubicados. Hay algunos que creen que son tiempos políticos, están equivocados. Yo me callo, trabajo y sigo, no tengo tiempo de contestar. Cuando pedimos en la Junta la línea de crédito, fuimos, y no podía salir de mi asombro de lo que me preguntaban a dos días de haber asumido, porque eran cosas que no las sabía yo, porque hasta hoy siguen apareciendo deudas. Me preguntaban cuántos funcionarios tienen, y tenía que decir “no sé”. Nos encontramos que hay funcionarios que tienen hasta tres contratos, y no sabíamos a fin de mes qué había que pagar. Había gente que no tenía contrato. Se cometió algún error, porque eran 500 personas, y había que apurar los tiempos porque los contratos se tenían que terminar. La IDL pasó de tener un presupuesto de 60 millones de pesos a uno de 90 millones de pesos mensuales. Nosotros pretendemos volver al presupuesto de 60 millones con obras de todo tipo y en todos lados.
¿Obras?
Muchas, por suerte. Se están reacondicionando calles, caminos, bitumen nuevo, hormigón, las veredas se van a seguir arreglando, y es terrible el estado de algunas calles, cordones y veredas por la circulación de transportes de gran porte. Mientras la Junta no apruebe la prohibición de circulación de camiones a la planta urbana, este problema lo vamos a seguir teniendo. Lo van a tener que tratar, y van a tener que votar, porque además de lo que rompen, es un peligro, no sé si están esperando que maten a alguien para hacerlo. También se está trabajando en el anillo perimetral, pero eso va a llevar años.
¿Las plazas, la doble vía en Las Delicias, cómo vienen?
Muy bien, la Plaza Libertad a partir de julio empezó a transitar a pasos agigantados, venía lenta porque yo no sabía que no se les estaba pagando. Tenemos previsto inaugurarla en marzo. La obra de Las Delicias viene bien, pero ha tenido sorpresas, porque se tuvo que cambiar una línea de media tensión de UTE, que sale mucho dinero y lo paga la intendencia. Hubo que cambiar línea de agua, de electricidad y fibra óptica. Hay invasión de casas en la ruta. Pero se viene transitando bien. Plaza Rivera se está por hacer el llamado para la colocación de la pérgola, va a quedar hermosa. Y están para terminar varias obras, como el comedor de La Rambla al que hubo que rectificar muchas cosas, que son producto del apuro de hacer una obra cuando no hay tiempo. Hay que hacer un amojonamiento a La Rambla para que la corriente no la lleve, y todo es dinero, es mucho dinero. Se está trabajando en el Cementerio del Este, regularizando panteones. No nos podemos meter en más porque no hay plata, y hay que pagar lo que hay.
¿Se arrepiente de haber dejado cinco meses a Alfredo Villalba al frente de la IDL?
¿Cómo saber que iba a ser así? Además, si en mayo lo hubiera sabido no hubiera continuado el gasto, porque la Junta Departamental hubiera actuado, y al ganar me hubiera interiorizado mucho más, y hubiera puesto trancas en la rueda. Pero no me lo dijeron.
¿Qué es lo mejor y lo peor de la gestión de Villalba?
Algunas cosas hizo bien. Ensanchar la calle frente a la Terminal estuvo muy bien. El comedor de La Rambla va a quedar lindo, aunque hubo que cambiar muchas cosas del saneamiento, hacer pozos negros. Creo que el querer hacer tantas cosas y no tener tiempo para terminarlas fue lo peor. Los cambios de las paradas algunas están bien, pero en la plaza Libertad no puede ir ahí, por la transformación de la plaza no va a ir ninguna parada. Y los flechados de calles, ahora el director Carlos Draper le voy a trasmitir lo que los vecinos dijeron, hará un estudio y se verá si se modifican.
¿Es complejo gobernar un departamento?
No. Es lindo. La lástima es que nunca terminas. Enfrentas un problema y hay otro, y otro. Lo difícil se vence en la medida que se tenga voluntad por parte de todos de hacer las cosas y que el control de los directores esté presente. Con ese control se hace mucho más fácil. Un segundo período es enderezar, cambiar, probar cosas nuevas que no se pudieron hacer en el anterior. Por eso en este período al nombrar directores tenía en claro cuales iban a ser de determinadas áreas, los demás vamos a ver. Hay acuerdos políticos, pero sé cuál es hoy la gente a la que sé que les entrego la dirección y me olvido. Analía Grandi a quien quiero mucho, pero además la admiro, y agradezco su disposición; Gerardo Peña por supuesto, sé su capacidad de trabajo, hay diálogo; Gastón (Elola) exactamente lo mismo, porque aunque ahora es mi pareja, iba a ser director desde antes, fue jefe de campaña de nuestra agrupación ampliada, le tuve la confianza suficiente para darle la organización de una campaña política, y supe que el cargo de director de Vialidad iba para él. Y así con todos los que nombre.
¿Es cierto que se casa este año?
No tenemos pensado, por ahora no. 

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