viernes, 19 de julio de 2013

La educación, desde 1830 hasta hoy

Se conmemoró la Jura de la primera Constitución -el 18 de Julio de 1830- con un acto en la plaza Libertad, a merced de las inclemencias del tiempo, lluvia, viento y mucho frío, lo que no fue impedimento para que alumnos del Colegio y Liceo San José y niños y adultos integrantes de Chiquillada marcaran presencia con los pabellones patrios, al igual que la intendenta Adriana Peña, los representantes nacionales Mario García y Pablo Mazzoni, el senador Hebert Clavijo, el presidente de la Junta Departamental Alcides Larrosa y algunos ediles, el jefe de Policía de Lavalleja Leonardo Ruiz y el equipo policial, referentes de las Fuerzas Armadas con un cuerpo importante de militares y el obispo Jaime Fuentes, entre otras autoridades departamentales. El principal orador del acto se refirió también a uno de los temas de más actualidad, la educación.

LA FECHA
Luego de entonado el Himno Nacional habló el profesor Alex González (director del Instituto de Formación en Educación) quien invitó “a recordar como se merece esta fecha, porque detrás y junto a ella está la historia del país y nuestro espíritu de nación”.
Se refirió a la Convención de Paz de 1828 como base para “la futura  organización del nuevo estado”, donde se disponía “designar un gobierno y redactar una constitución”, lo que se hizo, y luego de varios controles fue jurada “solemnemente por las autoridades eclesiásticas, civiles y militares y por el pueblo uruguayo el 18 de julio de 1830, día en que entró en vigencia, 183 años atrás”.


UNA ESTRUCTURA JURÍDICA
González reflexionó sobre la adhesión “a códigos de respeto, de obediencia, de subordinación a una estructura jurídica, eran los mismos que habían visto en solo 20 años, mudar los gobiernos y las constituciones, bajo el flamear de cuatro banderas distintas y habían cosechado a menudo el fruto de las más amargas decepciones”.

AQUEL PAÍS
González evocó la situación de Uruguay en 1830, “un país despoblado, (unos 70 mil habitantes) semidesierto, sin alambrados y sin caminos, (…) la campaña en completo atraso, recorrida por gauchos bravos, indios levantiscos, vagos y ladrones de ganado (…) a la policía le sobraban problemas”.
Continuó refiriéndose a la educación, la que en 1830 estaba “en pañales, no se había logrado que hubiera una escuela en cada pueblo de la campaña, y apenas había una de varones y otra de niñas en Montevideo. También había problemas con los salarios, pero al igual que hoy, no era el único problema de la educación. Pobre del que hoy crea que las dificultades que atraviesa la educación en este momento pasan solo por el salario. El sistema educativo uruguayo se sostuvo, se sostiene y se sostendrá con la acción cotidiana de los educadores cuando han ganado mucho y cuando han ganado poco. Por eso cuando se nos pregunta qué le pasa a la educación hoy, respondemos que le pasan otras cosas que pueden o no estar atadas al tema de las remuneraciones: deterioro en las condiciones laborales, inexistencia de un sistema de incentivos al buen desempeño, contextos institucionales que dificultan la tarea y no brindan los apoyos necesarios, y la falta de reconocimientos del rol docente como un profesional, tanto dentro como fuera del ambiente educativo”.

 
 




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