miércoles, 30 de noviembre de 2016

Premios Morosoli: El humor, la emoción, y el agradecimiento

En la XXII entrega de los premios de la cultura uruguaya, Morosoli 2016, hubo momentos de verdadera emoción, agradecimiento por la valoración de las acciones realizadas a lo largo de sus vidas, que ahora se veían reconocidas.

SER JOVEN, UNA DIFICULTAD

Entre los Morosoli de Bronce, en artes escénicas, teatro fue premiado Gerardo Begérez, joven director, actor y dramaturgo, con varios premios Florencio por sus puestas en escena, quien reconoció que era “un honor estar en este teatro, donde he actuado algunas veces”. Luego agradeció a la Fundación Lolita Rubial por la distinción, “me alegró y me sorprendió mucho”, se lo dedicó a su pareja, al Teatro El Galpón, “donde diariamente mis compañeros me aportan no solo ser un mejor artista, sino también a ser una mejor persona”; a las instituciones teatrales que lo han apoyado, “porque fue difícil para mí los inicios como director, por ser tan joven, en este país donde ser joven uno lo siente muchas veces como una dificultad, pero hubo mucha gente que apostó, vio algo, no sé muy bien qué es, por eso quiero agradecer al Teatro Circular, al Teatro La Comedia de Buenos Aires, que me apoyaron mucho, y quiero dedicárselo a todos los actores que han trabajado con pasión y entusiasmo, y fundamentalmente se lo quiero dedicar este premio a una gran actriz, Estela Medina, que es una de mis inspiraciones cotidianas, una mujer que ha dado su vida por el teatro uruguayo. Espero estar como ella, aferrado hasta mis últimos días a esta pasión y estar dentro de un teatro”.

SIEMPRE ESTÁ LA GENTE DEL OTRO LADO”

En humor gráfico, caricaturas e historietas, el premiado con un Morosoli de Plata fue Horacio Guerriero, “Hogue”, quien al ser presentado por Aldo Silva recordó el rol que tiene en su programa televisivo “Código País”, donde “es más temido él por lo que expresa en sus caricaturas, que nosotros con las preguntas, muchos invitados nos preguntan si va a estar Hogue”.
Guerriero recordó su larga relación con la Fundación Lolita Rubial, que se inició cuando obtuvo un premio en un concurso de caricaturas. Varias de sus obras integran el Museo del Humor y la Historieta Julio E. Suárez, “Peloduro”, y ha participado en diferentes actividades de la Fundación. Señaló que es del interior, “y se ha hablado esta noche de la incidencia de la gente del interior”. “Soy de Flores, Trinidad, un departamento chiquito, cuando me fui para Montevideo, Jorge ‘Cuque’ Sclavo, con quien trabajé en una agencia de publicidad, me decía: ‘Flaco, Trinidad no existe’ ¿Cómo que no existe?, le decía yo. ‘No, Trinidad es una maqueta’ y generalmente lo decía en público, cosa que me ponía más incómodo, y seguía, ‘no, no existe, habitan dos personas, uno se sube a un árbol y avisa cuando viene la ONDA, y el otro con unas cuerdas, levanta la escenografía cuando pasa el ómnibus’. No puedo negar que Trinidad es una ciudad chiquita, pero eso que decía el Cuque me molestaba. Lo otro, hace más de 30 años que trabajo en creatividad, fundamentalmente desde el terreno visual, desde lo conceptual, desde las galerías de arte, desde los medios de comunicación, las salas de exposiciones, hacia la gente, siempre está la gente del otro lado, por eso dedico este premio a la gente, a ustedes”.

QUE NUNCA FALTEN LOS OJOS ATENTOS”

El notable artista plástico Óscar Barroca, pero sobre todo pensador, crítico, cuestionador de los espacios visuales, recibió el Morosoli de Plata a la pintura. Lamentablemente no pudo estar, pero envió un mensaje que fue leído por el profesor Juan Carlos García Aranda, en el que expresó: “No quisiera caer en lugares comunes, quizás tan reiterados como sinceros, pero no hay demasiadas palabras -lo digo con total convencimiento- para agradecer a la Fundación Lolita Rubial, en la persona del querido Gustavo Guadalupe, por este premio que me honra, jerarquiza y destaca. En nuestro país la educación y la cultura todavía atraviesan horas difíciles, los creadores uruguayos pocas veces son mirados bajo la lupa del reconocimiento, y es precisamente en ese indoblegable marco, que la inmensa labor de la Fundación Lolita Rubial, debe recibir nuestro agradecimiento. Gracias. Que nunca falten los ojos atentos de los hombres y mujeres que hacen a esta fundación. Entre otros ciudadanos son ellos los que nos dan aliento y estímulo a nuestro pequeño y humilde legado, son ellos los que hacen que nuestra tarea tenga sentido. Gracias por hacer que nuestro derrotero valga la pena”.

PARA ENTENDER DE QUÉ SOCIEDAD ESTAMOS HABLANDO”

No pertenece a esos maestros de la música que son conocidos popularmente: Gian Di Píramo, violista, docente y director de orquesta, nació en Montevideo en 1959, y se formó con los maestros Miguel Szlagyi y Fernando Hasaj. Integró la Orquesta Sinfónica del SODRE y el Cuarteto Anglo. En 1982 emigró a Chile, luego a Tenerife, España, donde desarrolló una intensa e importante carrera. En 1996 regresó a Uruguay, reingresó por concurso a la OSSODRE y a la Orquesta Filarmónica de Montevideo y comenzó una importante labor docente, siendo creador y director del proyecto pedagógico “Eleusis”. Realizó múltiples actividades más dentro de la música, en contacto siempre con el exterior.

Al recibir el Morosoli de Plata a la Música Culta, Di Píramo expresó respecto a la música que él hace: “después de la Segunda Guerra Mundial, Japón se quiere poner a tono con occidente y mete la misma cantidad de orquestas sinfónicas que Alemania. Eso dice algo. También, en una ciudad de Brasil se iba a instalar una multinacional, y en el cuestionario de los ejecutivos jefes estaba la pregunta si había sinfónica en la ciudad, y aclaran, no porque nuestros ejecutivos vayan a los conciertos, sino para entender de qué sociedad estamos hablando para hacer negocios; todos los países del mundo tienen sinfónica, creo que Idi Amin (dictador de Uganda) tenía banda, no orquesta sinfónica. Es lindo brindar a los extranjeros el Himno Nacional tocado por una sinfónica y no por una banda militar, sin desmedro de las bandas militares, eso es la música clásica o la música culta, representa la civilización de los países. Uruguay salía de la guerra civil más espantosa, no había un mango, hicieron el Teatro Solís, porque no había una ciudad que se respetara si no tenía un teatro de ópera, por eso lo hicieron. Lo mismo pasó con la Orquesta del SODRE, la sociedad uruguaya peleó por tener una orquesta sinfónica, en el 1931 se logra. Por eso es muy importante para mí este reconocimiento, quiere decir que hacer música culta vale la pena”.

MEZCLA EMOCIÓN Y COMPROMISO”

Carlos Benavides (Tacuarembó, 1949) es compositor e intérprete de canciones que han sido grabadas por Alfredo Zitarrosa, Santiago Chalar, Numa Moraes, Julio Mora, Carlos María Fossati, Eduardo Darnauchans, Dino, Pablo Estramín, en Uruguay, y por Soledad Pastorutti, Soledad Villamil y Nacha Roldán en Argentina. Ha grabado una veintena de discos y otros tantos compartidos, obtuvo dos discos de oro y está por terminar su último CD, “De Almacén y Bar”. Al recibir el Morosoli de Plata a Música Popular, Benavides agradeció “este maravilloso premio, que mezcla emoción y compromiso, emoción por todos aquellos que saben el esfuerzo, el estudio y la responsabilidad de componer canciones para una cultura tan hermosa como la nuestra. Y esa responsabilidad es porque hay que seguir estudiando y trabajando día a día por la cultura de nuestro país”.
Destacó, como varios premiados esa noche, la importancia que “esto sea en el interior, yo soy de Tacuarembó, y digo también que sea en noviembre, porque es el mes en que se nos fue un gran amigo de gira y a quien le dedico este premio: Carlos Paravis, o sea Santiago Chalar. Y termino con una copla de Washington Benavides que siempre me guía: ‘Los versos y las canciones no esperan en el camino, están dentro y están fuera de tu corazón, amigo’. Muchas gracias”.


Foto 1: Gerardo Bergérez: “se lo quiero dedicar este premio a una gran actriz: Estela Medina, que es una de mis inspiraciones cotidianas”


Foto 2: Horacio Guerriero “Hogue”: “Trabajo hacia la gente, siempre está la gente del otro lado, por eso dedico este premio a la gente, a ustedes”


Foto 3: Carlos Benavides: “Los versos y las canciones no esperan en el camino, están dentro y están fuera de tu corazón, amigo”

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