miércoles, 5 de julio de 2023

Declararon Ciudadanos Ilustres a Aníbal Barrios Pintos y Olegario Villalba

PEREIRA: “CIUDADANO ILUSTRE ES EL MAYOR RECONOCIMIENTOS QUE PODEMOS DARLE A UN COTERRÁNEO”

En un acto académico realizado en el teatro Lavalleja, la Junta Departamental de Lavalleja (JDL) homenajeó y declaró Ciudadano Ilustre a Aníbal Barrios Pintos (Minas 1918 – Montevideo 2011) y a  Olegario “Tete” Villalba (Minas 1922 – 2001). 


PRESENCIAS 

La conducción del evento estuvo a cargo de Gonzalo Brun, quien dio la bienvenida “a esta jornada de homenaje y reconocimiento a dos ilustres representantes de la cultura departamental y nacional”. Luego dio lectura a los mensajes recibidos por la JDL del intendente Mario García, de la secretaria general Lidia Araújo, quienes no pudieron asistir. Estuvieron presentes varios ediles de la JDL, los diputados Alexandra Inzaurralde y Pablo Fuentes, la inspectora departamental Margarita Soca, la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura la historiadora y docente Ana Ribeiro y familiares y amigos de Olegario Villalba.


DECRETOS 

Seguidamente dio lectura a los decretos de declaración de Ciudadano Ilustre a Olegario Villalba y a Aníbal Barrios Pintos, donde señala la realización de un acto donde se entregará placa y  bandera del departamento a los familiares, decretos firmados por la edila Adriana Peña y de Graciela Umpiérrez (presidente y secretaria de la JDL respectivamente), en octubre de 2022. 


EL MAYOR RECONOCIMIENTO 

La presidente de la JDL, María Noel Pereira dio la bienvenida y agradeció la presencia en el acto “para homenajear y declarar a Aníbal Barrios Pintos y Olegario Villalba, como Ciudadanos Ilustres. Hoy estamos dando cumplimiento a la entrega de las banderas y las placas. Ciudadano Ilustre es el mayor de los reconocimientos que podemos darle a un coterráneo, no hay reconocimiento más caro y más preciado que el de Ciudadano Ilustre, porque es aquel que por su obra trasciende las fronteras de su persona y de su tiempo, es aquel que deja huella en la sociedad, una huella tan rica que sirve al día de hoy y seguirá sirviendo a futuro, para las próximas generaciones, como espejo en el cual mirarse”. 


Finalizó Pereira señalando que “lamentamos que este reconocimiento se haga hoy -es un poquito tarde, ninguno de los dos está entre nosotros-, pero Ciudadano Ilustre es aquel que deja valores y una huella honda y profunda en la sociedad y es el mayor de los valores con que podemos reconocer hoy a Olegario Villalba y a Aníbal Barrios Pintos. Muchas gracias”.

 

ALEGRÍA MUY RARA

La historiadora y docente Ana Ribeiro, subsecretaria del MEC, fue convocada para el reconocimiento a Aníbal Barrios Pintos. Ribeiro manifestó: “Para mí es una alegría muy rara -ahora explico por qué-, el que don Aníbal finalmente haya sido reconocido por Lavalleja como ciudadano ilustrísimo que era. Dije rara porque él era una persona muy modesta, que siempre tenía temor que lo elogiaran demasiado, la gente tendía a decirle profesor, pero él se encargaba todo el tiempo de desmentirlo, sin embargo iba por la vida dando conocimientos a todo el mundo, con toda su generosidad. Atendía a todo el mundo con la misma generosidad, respondía con su caballerosidad y calidez a un estudiante que a un senador, tenía un magisterio natural y era sumamente modesto”.

Se refirió la historiadora a los diferentes ámbitos donde Barrios Pintos se movilizó por su tarea y donde desarrolló y compartió sus conocimientos -docentes, estudiantes o simplemente curiosos- “que lo consultaban, nunca supimos cómo hacía para guardar en su cabeza tanta información”.   

 

“DE TIERRA ADENTRO”

“Cuando se preparaba para presentar su último libro ‘De tierra adentro’, donde recogió lo que entendió que era lo más rico de este país, la gente, y la gente del interior. Porque dijo: ‘Montevideo siempre se olvida del interior, y yo voy a recoger cada poeta, cada escritor, cada personaje, así haya escrito un solo libro, si es del interior es justo que se recuerde lo que hicieron, y si yo no compendio todo, esto no lo hará nadie’ me decía”. Contó Ribeiro la relación con Ricardo Marletti, quien lo atendía y era su ayudante, pero también quien lo cuestionaba por su trabajo, y Barrios Pintos le respondía: ‘Si yo no amontono toda esta información, nadie va a saber qué hombres y qué mujeres importantes vivieron e hicieron cosas en el interior del país”.

 

“DIGA SOLO LO JUSTO” 

“‘De tierra adentro’ fue su último trabajo, ya muy viejito, pero fue hasta el último día de su vida un señor, derechito, elegante, divertido, gentil, amoroso, como era don Aníbal. Cuando fue a presentar este libro, ya casi en el final, arreglamos que yo hiciera la presentación, y me dijo: ‘Le voy a pedir muy encarecidamente, usted no vaya a exagerar, producto del afecto, no vaya a decir más de lo que soy y más de lo que esto vale. Diga solo lo justo’. Así que hoy se moriría de vergüenza si supiera que lo declararon Ciudadano Ilustre, más allá de lo que tanto le gustaba, que Minas lo reconociera, que Minas supiera que había salido de aquí muy joven y que había hecho en Montevideo una carrera intelectual ejemplar”.

 

46 LIBROS

“Don Barrios dejó escrito más de 46 libros de historia, algunos con un promedio de no menos de mil hojas. Escribió de todos los barrios de Montevideo, sobre todos los departamentos, sobre los libertadores y demostró cuántos eran, de dónde habían venido, demostró la riqueza sociológica que había detrás de los 33 Orientales, que eran 42 y lo demostró él, que no todos eran orientales, desmontó un montón de ‘verdades’ que se repetían sin sentido en la historiografía, y él con un método implacable descubrió verdades inmensas. Escribió cientos de artículos para el suplemento sepia de diario El Día. Escribió sobre el ámbito cultural, sobre las mujeres en el Uruguay, fue una de las voces pioneras, empezó por las patricias, las mujeres de la colonia, terminó con las mujeres ya capacitadas para ser científicas, o profesiones destacadas en un mundo más contemporáneo”.

 

JUBILADO DE ESCRITOR

“Don Barrios fue un hombre estudioso, que hizo de escribir el sentido de su vida. La única vez que lo vi desbordado de orgullo y no tener ninguna modestia fue cuando contaba que fue el primero en Uruguay, en poder jubilarse como escritor. No existía esa categoría, y lo que hizo fue demostrar que había vivido escribiendo libros, con lo difícil que eso era. Se fue con los 46 libros al BPS, y tuvieron que reconocer que había vivido de escribir toda su vida. Dejo una prolífica obra, que es de consulta y será siempre una obra de referencia para cualquiera que se asome a la historia como disciplina”.

 

FOTOGRAFÍA

“Además, Don Barrios dejó una cantidad impresionante de fotografías de este país. Comenzó haciendo para el interior, lo que llamó álbumes, de gran tamaño y precioso colorido, con muchas fotografías, que tomó él personalmente. El estudio de cada lugar su paisaje, su geografía, están todos los rincones más emblemáticos, la biografía de la gente, y para financiar eso que era muy caro de hacer, recorría las estancias, y les proponía a sus dueñas que si querían aparecer en el álbum, debían pagar. Y don Barrios no tuvo miedo en subirse a cualquier medio de transporte, y adentrarse en lo más profundo de la geografía del Uruguay. No solo recorrió, compartió conductas, historias, asados en galpones, lugares de tierra adentro. ¡Aprendió! Fue un baquiano desde la biblioteca a la vida, porque lo había visto todo, lo recorrió todo, y lo documentó con sus escritos y con sus fotografías”.

 

VOLAR

“Le gustaba contar que tenía dos pilotos, con quienes hacía las fotografías aéreas. Uno volaba muy alto, y el otro bien bajito, porque el que volaba más alto era alcohólico y tenía miedo que el alcohol le jugara una mala pasada, entonces a más altura, tenía más posibilidades de enderezar el vuelo y lograr el control. El que volaba más bajito, había tenido un infarto, y tenía miedo de tener otro, así que si sentía mal, estaba cerca de la tierra para poder llegar y aterrizar. A don Barrios no se le movió nunca un pelo por estas características de sus pilotos, y lo contaba con una seriedad absoluta y nunca jamás se quejó. Hay muchas historias y pequeñas aventuras detrás de las 10 mil fotografías que don Barrios dejó en la Biblioteca Nacional, un testimonio fotográfico impresionante, de cada lugar del territorio, de la vida social, de todos los tipos sociales”.

 

ACADÉMICO

Ribeiro manifestó que “don Barrios fue un académico destacado, consiguió en la Academia Nacional de Letras un sillón, vivió hasta los 93 años y murió un 1º de junio, este mes se cumplieron 12 años de su fallecimiento. Murió como era él, trabajando. Yo lo llamaba casi todas las noches para saber si estaba bien, había quedado viudo, no tenía mucha familia y un poco como que nos adoptamos mutuamente uno al otro, me sentía su hija intelectual y afectiva, y tanto yo como mi esposo y mis hijos significábamos mucho para él, participaba mucho con mi familia. Una noche lo llamé como todas las noches y me dijo: ‘Estoy vivo’. Ahí me di cuenta que él sentía que lo llamaba para saber cómo estaba, espacié las llamadas, pero nunca más de dos días, lo extrañaba demasiado para no llamarlo por más de dos días. La última vez que hablamos me dijo, ‘mañana voy al Instituto Histórico Geográfico’, y allí en medio de una sesión, sus papeles habían rodado por el piso, murió trabajando”.

 

UNA CASA DE PAPEL

Visiblemente emocionada, Ribeiro señaló que “a mí me tocó ir a su casa, abrirla, encontrar una casa literalmente de papel, no había lugar para más, y encontrar sobre su mesa de trabajo la historia de la ganadería en el Uruguay, con todos los ajustes y agregados que entendía él que eran necesarios, él se fue más atrás en el tiempo y le dio un enfoque distinto al que le habían dado (José Pedro) Barrán y (Benjamín) Nahum. Don Barrios revisó hasta el último día, estaban todas sus correcciones con lápiz, hasta la última hoja, la obra estaba pronta. Trabajó con ahínco hasta el último minuto de su vida. Y el último homenaje y abrazo intelectual que le hizo al país, se lo hizo al interior, por eso ‘Tierra adentro’ es una obra preciosa, y es lo que él siempre sintió, un hombre de Lavalleja, un hombre de tierra adentro, don Barrios nunca jamás olvidó los cerros de su ciudad natal, y él quiso volver aquí, y sus restos están aquí en Minas, como corresponde a un hombre generoso, brillante e inmenso. Muchas gracias”.

Seguidamente se le hizo entrega de la placa y la bandera de Lavalleja a Ribeiro, por la edila Alda Pérez y el edil Maximiliano Fernández.

 

ENORME FELICIDAD

Mariana Villalba Arnabal, nieta de Olegario ‘Teté’ Villalba, fue la encargada de hablar de su abuelo.

“En este día, los hijos, nietos y familiares de Olegario ‘Teté’ Villalba queremos expresar nuestro más profundo agradecimiento por este hermoso reconocimiento. Pasan los años y continuamos recibiendo muestras del impacto que Teté generó y sigue generando en muchas personas. Las demostraciones de agradecimiento y cariño que recibimos hasta hoy, provenientes de sus exalumnos y exalumnas, nos llenan de orgullo y alegría. Para alguien como él, que valoraba la empatía y las relaciones humanas, saber que esta comunidad fue quien gestó este reconocimiento, es algo que seguramente recibiría con enorme felicidad”.

 

INSPIRACIONES

“Para Olegario, la docencia y la pintura fueron las inspiraciones de su vida. Ejerció el magisterio con un gran compromiso y dedicación, buscando transformar la realidad de su comunidad. A través de esta actividad, contribuyó a la construcción de experiencias pedagógicas innovadoras, que llevó adelante compartiendo junto a colegas como el maestro Homero Grilo, Abner Prada, Cledia de Mello y Julio Castro ¡Verdaderos activistas de la escuela nueva! Hoy, estas experiencias continúan aportando a nuevas generaciones de maestros, impulsándolos a reflexionar sobre los desafíos presentes y futuros de la educación pública”.

 

ENSEÑANZA

“La experiencia de Teté en la enseñanza rural fue extremadamente enriquecedora, tanto para él como para quienes lo acompañaron. A través de sus cuentos, conocimos la importancia que la daba a la comunicación con los padres, especialmente de las niñas, en una época donde los espacios de desarrollo, sobre todo en el medio rural, eran extremadamente limitados para ellas. Su paso por la docencia generó muchas vocaciones e intereses en sus alumnos. Teté fue un gran impulsor de actividades culturales y sociales en las instituciones educativas por las que transitó. El vínculo que estableció con sus alumnos y sus familias lo llenó de amigos y grandes satisfacciones, recuerdos que siempre llevó con él. Y para nuestra familia, estos recuerdos se han convertido en una parte importante de nuestras charlas y anécdotas. Teté guardó con cuidado y esmero los archivos y recuerdos de su experiencia pedagógica, una actividad que llevó adelante durante más de 15 años en la escuela N° 50”.

 

TIEMPOS DIFÍCILES

“Sin embargo, no todo fue un camino fácil, ya que llegaron tiempos difíciles para alguien como él, que creía en un mundo más justo y solidario, y que buscaba desarrollar el espíritu crítico y la capacidad de transformar la realidad de sus alumnos. Teté se volvió peligroso y subversivo a ojos del régimen cívico-militar, el cual lo destituyó y le impidió seguir ejerciendo su vocación docente”.

 

LA PINTURA 

“A pesar del impacto inicial, Teté encontró refugio en su otro gran amor, la pintura. La retomó con fuerza, para poder sostener a su familia en esos tiempos difíciles. Muchísimos vecinos y amigos minuanos lo apoyaron incondicionalmente, a pesar de su destitución. Fue así como se dedicó por completo a la pintura paisajista de su amada Lavalleja, y sus obras fueron llevadas a distintas galerías y colecciones más allá de las fronteras.

De joven, Teté había fundado junto a un grupo de pintores minuanos, Amigos del Arte, bajo la guía de Edgardo Ribeiro. Fueron incentivados por Juan José Morosoli a ‘hacer universal lo regional’”.

 

PRESENTE

“Nosotros, que lo recordamos como un padre y un abuelo presente, intentamos que su legado nos inspire a ser mejores personas cada día. Estamos seguros de que para Teté, este reconocimiento representaría una alegría, difícil de transmitir con palabras, ya que tanto su actividad docente como pictórica, las llevó adelante con su querida Lavalleja como referencia. Hace un tiempo vivimos con alegría cómo un grupo de maestras inquietas se interesaron por su experiencia e intercambio epistolar con el prestigioso pedagogo francés Celestin Freinet. Finalmente, los archivos y recuerdos que Teté atesoraba y que luego atesoramos nosotros, fueron incluidos por estas queridas maestras en el libro ‘La mano piensa. Tras las huellas de la pedagogía Freinet en Uruguay’, que aborda la experiencia de la pedagogía Freinet llevada a cabo en un rinconcito de las sierras minuanas. Otro reconocimiento a su trayectoria pedagógica que agradecemos, es que la Escuela de Villa Serrana lleve su nombre. Y hoy, nuevamente,  nos sentimos extremadamente felices con este reconocimiento Olegario Villalba, Ciudadano Ilustre.

Cierro este agradecimiento compartiendo este breve poema de José Martí, que Teté adoraba y que representa la esencia de quien fue: ‘Cultivo una rosa blanca/ en junio como enero/ para el amigo sincero/ que me da su mano franca./ Y para el cruel que me arranca/ el corazón con que vivo,/ cardo ni ortiga cultivo;/ cultivo una rosa blanca’.

Muchas gracias a todos por acompañarnos en este homenaje a la memoria y legado de nuestro querido Teté. ¡Gracias!”.

Las edilas Beatriz Larrosa e Yliana Zeballos hicieron entrega de la bandera y la placa a los miembros de la familia Villalba.

 

CORO

Finalizó el acto académico con la actuación del Coro Departamental Mario Belardi, con dirección de Rodrigo Faguaga. 


0 comentarios :

Publicar un comentario